En el magnífico escaparate de Turquía, un chaval de 21 años ha dejado una huella profunda. Su mano de seda, su rigor en la pista, donde solo oye el ruido seco del contacto del balón con el interior de la red, han elevado a Kevin Durant (Washington, 29-9-1988) a una categoría estelar. Gracias a él, la selección de Estados Unidos evitó volver a salir sonrojada de un torneo. Todo lo contrario. Con el alero de Oklahoma City Thunder, hasta Mike Krzyewski, seleccionador norteamericano, superó el pánico de verse abocado a un nuevo fracaso. Estados Unidos sumó su cuarto Mundial gracias al chico de la mano de seda y nadie se acordó de las estrellas más rutilantes de la NBA.

Poco a poco, los grandes nombres de la liga norteamericana se fueron quitando de en medio. Kobe Bryant, alero de los Lakers, prefirió pasar por el quirófano para operarse de una muñeca. Peor fue lo del base de los Celtics, Rajon Rondo. Estuvo en la concentración con la selección, pero la abandonó.

Agarrados a su estrella

La marcha del jugador de Boston dejaba el mando del equipo a Billups, un base de 33 años, el más veterano de la selección. Un nuevo problema para Krzyewski, al que habría que unir la habitual prepotencia los equipos norteamericanos nada más cruzar el Atlántico. Sin embargo, una selección con 24,6 años de media, con cuatro jugadores de 21 años, terminó por agachar la cabeza y ponerse a jugar. Probablemente, la España del Mundial de Japón, con Pepu en el banquillo, o la olímpica, de Aíto, hubieran puesto patas arriba las barras y las estrellas.

Pero no hubo duelo y a Estados Unidos le bastó agarrarse a Durant para volver a reinar en el mundo tras 16 años de espera. La exhibición del alero de Oklahoma resulta aún más sorprendente por su corta edad. Muy pocos jugadores tienen el temple, la soltura y la seguridad que demostró Kevin. En cuartos de final destrozó a Rusia (33 puntos), con una sencillez pasmosa.

En la semifinal ante Lituania logró el récord de puntos del campeonato, con 38. En cuartos, los lituanos habían secado a Scola, máximo anotador del Mundial, con 244 puntos, pero no pudieron hacer nada ante el número cinco. Un dorsal diferente al que luce en Oklahoma, donde aparece con el 35 en memoria de su entrenador universitario, que murió a esa edad.

Durant cerró el torneo con 28 puntos (siete triples) ante Turquía para colgarse el oro, convertirse en el MVP, título en el que sucede a Pau Gasol, y sumar 205 puntos (22,8 por partido). "Hemos cumplido nuestro objetivo", declaró Durant, que llegó al Mundial con la vitola de máximo anotador de la temporada en la NBA, con 2.472 puntos en 82 partidos (30,1 de media), lo que le convierte en el jugador más joven de la historia en lograr ese registro. El anterior fue Max Zaslofsky, en 1948, con 22 años. Es solo el inicio para un jugador llamda a romper todos los registros.