No hay partido menor para el Barcelona, por más que la inspiración le abandone por momentos, porque el equipo de Pep Guardiola afronta cada compromiso con la seriedad con la que despachó a la Cultural Leonesa en el Camp Nou (5-0) gracias al acierto de sus jugadores más jóvenes.

Aunque comenzó el encuentro como equipo de perfil bajo, el Barcelona lo cerró gustoso, encantado de recuperar cierta fluidez y sobre todo, de volver a golear.

Los cinco goles llevaron la firma de La Masía, con Bojan como cabeza de cartel. De los quince barcelonistas en juego, sólo cuatro -Márquez, Pinto, Alves y Maxwell- no son fruto de la fábrica de talentos del Barcelona.

El papel de víctima le tocó a la Cultural Leonesa, de Segunda B, equipo meritorio que acabó por sucumbir al campeón de Copa y a un escenario como el Camp Nou. El conjunto de Yosu Uribe aguantó hasta el descanso con un orden irreprochable. Pero en cuanto encajó el primer gol, perdió la fe y se rindió a la evidencia.

Árido en la primera parte y muy fértil en la segunda, al Barça no se le discute el esfuerzo porque siempre procura ser fiel a su filosofía de juego. Mantiene el balón y busca las bandas, ocupa la cancha rival y nunca especula.

En los primeros compases ante la Cultural, al Barcelona le faltó velocidad en la circulación y una cierta verticalidad. Le sobró adorno y le faltó pragmatismo, aunque se corrigió a tiempo para firmar una goleada que retrata las diferencias entre el campeón y el equipo de Segunda B.

El primer gol, en el arranque de la segunda mitad, desató definitivamente al Barça. Aliviado, el equipo de Guardiola encontró todo el acierto que le faltó en la primera parte para desesperación de la Cultural, un castillo de naipes que se vino abajo en un soplido.

También encontró sosiego Bojan, el encargado de convertir el partido en una fiesta. Su primer tanto fue el típico del delantero centro, rematando en boca de gol un centro-chut de Jeffren. En el segundo, culminó una extraordinaria asistencia de Jonathan para superar al portero de la Cultural.

Pedro, la última gran explosión de la cantera, firmó el tercero, cuando el partido ya era un monólogo del Barça tras aprovechar un centro de Iniesta.

Recién salidos del banquillo, Messi y Xavi completaron la goleada para cerrar definitivamente una eliminatoria muy cómoda para el Barça, empeñado en afrontar cada partido con la filosofía de su entrenador, con un respeto casi reverencial por el juego y por la competición. Así, el Barcelona despejó cualquier atisbo de sorpresa y se regaló una goleada.