Tiene 49 años, nada más y nada menos, Jesús García Bragado, el marchador madrileño cuya última actuación, en el Mundial de Doha, se ha saldado con un octavo puesto en la prueba de 50 kilómetros.

Lo de este atleta es lo más grande que ha dado este deporte en España, incluidas medallas en Mundiales o Juegos Olímpicos. Solamente se me ocurre el caso de la gimnasta de raíces extremeñas Almudena Cid (cuatro puestos de finalistas en Olimpiadas) para equiparar su competitividad y longevidad de alguien que parece eterno, que jamás parece cansarse, que compite y compite y cuya fecha de caducidad como deportista nadie se atreve ya a pronosticar, afortunadamente para quienes amamos esta disciplina.

¿Cómo puede un deportista de élite resistir tanto y tan bien al paso del tiempo? Es evidente que, entre otras cosas, la clave ha estado en el trabajo diario. Sin embargo, ello no puede desligarse del tremendo entusiasmo que ha de ponerse para conservar las condiciones mínimas para estar arriba tantísimos años.

Chuso García Bragado ha sido unánimente reconocido por todos como un referente, pero el hecho de que sea atleta y no futbolista hace que su caso no haya sido tan alabado como otros casos.

En Extremadura, como ya subrayé aquí hace justamente una semana, disfrutamos de varios deportistas importantes cuya longevidad son ejemplo para los que vienen. Pero este caso de García Bragado es especial por estar todavía ‘peleándose’ codo con codo con jovencísimos atletas. Tremendo el mérito.

Hablando de atletismo: esta semana tendremos a nuestros Álvaro Martín y Javier Cienfuegos en el Mundial de Doha. Ambos llegan en un excelente momento de forma y apuntan alto. Los dos se han preparado a conciencia, pero esto es competición, y nada es matemático. Como lo de Bragado.