Un podio más, sólo uno más. El título será de Fernando Alonso en Brasil si sube al cajón como hizo ayer en el Gran Premio de Bélgica tras una carrera muy inteligente sobre una pista infernal y como ha hecho 12 veces esta temporada. Ahora sí que le da igual lo que haga Kimi Raikkonen. Es lo mismo que el piloto finlandés gane, como en Spa, o que acabe contra la valla, como Juan Pablo Montoya. El colombiano se enzarzó en otro accidente junto a Antonio Pizzonia y abrió la puerta del segundo puesto al asturiano. El Nano no fue campeón en Spa, lo será en Brasil. Y si no, aún quedan Japón y China. El cielo puede esperar.

Spa es mítico por su velocidad, por curvas como Eau Rouge, Les Combes y Bus Stop. También por la lluvia. Pero ni siquiera las pésimas condiciones de la pista cambiaron el panorama del Mundial. Raikkonen, pletórico, ganó con el mejor coche; Montoya, atolondrado, tiró a la basura otro buen puñado de puntos empujado por Pizzonia, y Alonso, implacable, atrapó un segundo puesto de oro tras una carrera limpia. Eludió cualquier posibilidad de tocarse con un rival, manejó a la perfección la estrategia, y pilotó con una seguridad pasmosa hacia su objetivo: marcar a Kimi.

SOBRE TODO, PRUDENCIA Durante el fin de semana, Alonso repitió una y otra vez: "Debo ser inteligente". Nada de prisas, nada de precipitación; fuera la presión generada por las ganas de millones de españoles de celebrar un grandioso título. Desde que la dirección de carrera declaró pista mojada, la consigna fue prudencia. Todos pensaron lo mismo porque se registró la salida más limpia de las últimas carreras. Entre una enorme cortina de agua lanzada por los 20 coches de la parrilla, Montoya mantuvo la primera posición en la primera curva, por delante de Raikkonen y Jarno Trulli. Alonso no arriesgó con el italiano. Le dejó ir en el primer viraje pero intentó adelantarle en el tercero, Les Combes. El estado de la pista invitaba a tomar pocos riesgos.

Por detrás, sí había cambios. Ralf Schumacher perdió tres puestos en la salida y dejó a su hermano Michael tras Alonso, con la incógnita de saber si los neumáticos Bridgestone que equipan al Ferrari conservaban su excelente comportamiento en agua de antaño. Giancarlo Fisichella, por su parte, comenzó una remontada desde el puesto 13 rebasando a Rubens Barrichello, Mark Webber, David Coulthard y Felipe Massa en las nueve primeras vueltas. Cuando el italiano tiraba al máximo en la vuelta 10 para alcanzar a Ralf se salió en Eau Rouge, a más de 300 km/h. Resultó ileso pero obligó a entrar al coche de seguridad.

Casi todos los pilotos aprovecharon la ocasión para entrar en boxes a cargar combustible, sustituir ruedas y variar los pequeños reglajes para afinar el coche a las condiciones de la pista. Entraron todos menos Ralf, que lo había hecho la vuelta anterior, y Villeneuve. Cuando el coche de seguridad abandonó la pista, Montoya era líder. En la primera apurada al final de recta, el canadiense se pasó de frenada y fue rebasado por Ralf y Raikkonen en una maniobra que estuvo a punto de costar cara a Alonso, que llegaba por detrás y casi no vio al Villanueve.

OTRA DE SATO Mientras, por detrás, Takuma Sato echaba de la pista a Michael Schumacher, Coulthard se retiraba con el motor dañado y Barrichello remontaba posiciones empujado por la eficacia de los Bridgestone. La primera parada de Villeneuve y la segunda de Ralf dejaron a los más fuertes en la cabeza: Montoya, Raikkonen y Alonso. El finlandés voló hacia su compañero a ritmo de vuelta rápida y el colombiano tampoco se apuró. Su suerte estaba echada desde el muro, donde Ron Dennis, el jefe de McLaren, le requirió a boxes para el segundo repostaje, en la vuelta 30, dos antes que su compañero. Y claro, Kimi regresó a pista por delante. Fueron órdenes de equipo pero elegantemente vestidas de estrategia, muy al estilo inglés.

REGALO DE MCLAREN Alonso repostó una vuelta antes que el colombiano y se vio en el tramo final muy cómodo en la tercera plaza, a 17 segundos de Montoya y con una ventaja de 25 sobre Barrichello. La pista se secaba y unos problemas daban paso a otros. Lo difícil entonces era ir por el asfalto secó más rápido con las blandas gomas de agua. Pero lo peor es que alguno de los pilotos con vuelta perdida había parado para colocar neumáticos de seco, eran más rápidos e intentaban desdoblarse. El Red Bull de Christian Klien dio más de un susto al asturiano, que no arriesgó. Montoya no estuvo tan listo y fue embestido por Antonio Pizzonia. Otro premio para la inteligente carrera de Alonso.