Nunca se sabrá qué hizo José María Jiménez para salir de la niebla como un relámpago y privar a Pavel Tonkov del primer triunfo en el Angliru, en 1999. El Chava se llevó el secreto a la tumba porque en la vida y sobre la bici el astro de El Barraco quiso ir muy deprisa. ¿Se agarró a la moto de una emisora de radio protegido por las nubes bajas?

Si el ciclismo tuviera lógica, la etapa de mañana, la jornada reina de la Vuelta 2011, ya tendría ganador: Joaquim Purito Rodríguez. Porque él, junto a Alberto Contador y Alejandro Valverde, puso la ronda española del 2008 patas arriba en la cumbre asturiana, en cuyos tramos más duros es difícil rodar en los tramos duros a más de 8 km/h. Purito, que fue tercero, sacó 34 segundos a Carlos Sastre y más de dos minutos al grupo principal, que no resistió el empuje de Contador y compañía.

Purito sabe que los corredores extranjeros que lo preceden en la clasificación --sin cambios tras el triunfo de ayer de Michael Albasini, el mejor de una fuga de 20 en la que iban Carlos Sastre y Dani Moreno-- no conocen el Angliru, ni tampoco la ascensión de hoy a La Farrapona, una cima inédita, en los Lagos de Somiedo.

Dos auténticos tormentos, con sorpresas poco gratas para quienes no los conozcan, como Bradley Wiggins. Y Purito no les va a dar ninguna explicación. "A los extranjeros no les vamos a contar cómo son nuestras trampas. Esta Vuelta esconde muchas y deben ser ellos quienes las descubran por sí solos", avanza.

DESNIVELES DEL 23,5% El Angliru es un tesoro. Pocos se percataron en el 2008, en la carpa instalada en la meta, de una discusión entre Valverde y Purito, entonces compañeros de equipo, mientras se cambiaban de ropa. Valverde atacó una y otra vez a Contador y, cuando se cansó de hacerlo, ordenó a su compañero que pasara a la acción.

Contador se hartó y decidió irse en solitario. Purito era entonces partidario de ceder la iniciativa, subir a rueda y, en todo caso, atacar en la fase final del puerto, donde se esconden las citadas trampas; por ejemplo, la famosa Cueña les Cabres, con porcentajes del 23,5% y donde muchos cicloturistas tienen que echar pie a tierra.

Hoy se descubrirá si, como el Angliru, los Lagos de Somiedo merecen entrar en el libro de honor del ciclismo como una de esas cumbres en las que escaladores como Purito o Vincenzo Nibali hacen sufrir a sus rivales mientras por detrás otros necesitan la ayuda de los aficionados. "No he dado ni una sola pedalada en la Cueña les Cabres", explicaba Chente García Acosta tras la ascensión al Angliru del 2002. Lo subieron los hinchas agarrándolo del sillín.