La reapertura del circuito de tenis prevista para agosto en el torneo de Washington (14 de agosto) y Palermo (3 de agosto parece que se mantendrá aunque se ha encendido la alarma tras los positivos de covid-19 que han obligado a suspender la gira de torneos montada por Novak Djokovic en Los Balcanes.

A los casos conocidos de Grigor Dimitrov y Borna Coric se ha detectado también el positivo de Viktor Troicki y su esposa embarazada, junto a los ya conocidos de un preparador físico de Djokovic y el entrenador de Dimitrov. Otros tenistas que estuvieron en los torneos de Belgrado y Zagreb como Dominic Thiem, Alexander Zverev y Andrei Rublev han anunciado que han dado negativo en los tests que les han sido efectuados.

La situación creada en el Adria Tour de Djokovic es un serio aviso de cara a la reanudación de la temporada 2020 el próximo mes para los responsables de los torneos. De momento la única respuesta oficial de la ATP ante la situación ha sido un corto comunicado en el que pide precaución y se exige el cumplimiento de protocolos sanitarios.

“Ante la reanudación del circuito el 14 de agosto (en Washington), hemos desarrollado un protocolo integral de precauciones. Continuaremos ajustándolo según la información médica más reciente. La salud de los jugadores seguirá siendo la prioridad antes de cada decisión”, dice la nota oficial.

Irresponsabilidad

Los esfuerzos por dar confianza de que el tenis está preparado y es seguro para volver a la pista se ponen ahora en duda. Se acusa a Djokovic de “irresponsable” por organizar el Adria Tour bajo las condiciones en que lo realizó con más de 5.000 espectadores en las gradas, sin ningún protocolo médico y rematado con una fiesta nocturna en Belgrado de todos los participantes.

La evidente negligencia que ahora se destaca la había negado el mismo Djokovic cuando presentaba el torneo hace unas semanas. “La situación aquí es muy diferente de la de Estados Unidos o Gran Bretaña", decía el número 1 mundial. Con menos de 13.000 casos confirmados de coronavirus y 262 muertes, en Serbia se había vuelto a la normalidad aunque el gobierno aconsejaba en su página "evitar abrazarse, besarse o darse la mano".

Futuro incierto

Nada de eso se cumplió en el Adria Tour, en su primera etapa en Belgrado, en la que los jugadores se abrazaban, se hacían fotos con los niños aficionados, los recogepelotas y jugaban ante cientos de espectadores para acabar la fiesta en una discoteca. “Esto no es una broma”, se preguntaba en un tuit el díscolo Nick Kyrgios que se ha mostrado preocupado por la reapertura del circuito.

“Esto es una lección para todos” ha valorado Andy Murray en una entrevista en la BBC antes de participar este martes en “The Battle of The British”, una exhibición montada por la federación británica en la que participan los mejores tenistas del país. El exnúmero 1 mundial que está ansioso por jugar en Nueva York es el primero en preocuparse por la situación. "Una vez que comienzas a tener reuniones masivas con personas de diferentes países, tienes los ingredientes para que vuelva a pasar. Hay que extremar todas las medidas y protocolos de seguridad", recalcaba el tenista escocés.

El caso Adria Tour dispara la alarma ante la reapaertura del circuito tenístico. De momento se sigue el plan previsto, aunque pone en el punto de mira al Abierto de Estados Unidos y también a Roland Garros. Los organizadores de los dos Grand Slams deberán medidas de seguridad ante el COV-19.

Cualquier nuevo error podría suponer la suspensión definitva de la temporada 2020, una medida que se ha barajado y que no se ha llevado a cabo, de momento, por las presiones económicas sobre los responsables del circuito y los propios jugadores que necesitan la también competir.