Parece una especie de sarampión que afecta a todos los técnicos que se sientan en el banquillo azulgrana. Por no remontarnos muy atrás, ya pasó con Benítez, luego con Francisco... Ahora hubo quien dudó del honrado, tenaz, ilusionante y mucho más, trabajo de Cisqui. Pero, por encima de cuentacuentos, tiralevitas, abrazafarolas de salas de prensa y demás, Cisqui pasó la epidemia; su labor tuvo, tiene y tendrá mucho crédito.

*Periodista