El Ciudad Real se proclamó campeón de la Copa del Rey de balonmano al derrotar por un gol, logrado en el último segundo del encuentro, al defensor del título obtenido la pasada temporada, el Barcelona (31-30).

Después de un primer periodo en el que el equipo de Talant Dujshebaev se marchó con comodidad al descanso (19-15) al impedir que su rival pudiera utilizar su arma más letal, el contragolpe, el Barcelona reaccionó con fiabilidad en la segunda parte.

Gracias a una gran defensa y también a un posible exceso de confianza de los manchegos el equipo barcelonés tuvo opciones para haberse hecho con el partido, aunque un último gol de Jonas Kallman en el último segundo, y tras que sus compañeros le hicieran una pantalla para poder lanzar, hizo que la Copa viajase a Ciudad Real.