REAL MADRID: Iker Casillas; Sergio Ramos, Cannavaro, Helguera, Roberto Carlos; Emerson, Diarra (Beckham, min.58); Raúl, Guti, Robinho (Reyes, min.86); y Van Nistelrooy (Ronaldo, min. 74).

STEAUA DE BUCAREST: Cernea; Stancu, Ghionea (Therau, min.78), Goian, Marin; Nicolita, Paraschiv, Petre, Oprita (Coman, min.84); Dica y Badea (Lovin, min. 78).

GOL: 1-0: min. 71, Nicolita, en propia puerta. ARBITRO: Konrad Plautz (Austria). Mostró cartulina amarilla a Petre (18´), Nicolita (36), Cernea (72´), Goian (75´), del Steaua.

INCIDENCIAS: 15.000 rumanos en la grada.

El Real Madrid, con la ayuda del gol tonto de la noche europea, marcado por Banel Nicolita en propia puerta, acabó con las esperanzas del Steaua de Bucarest y sacó su billete para los octavos de la Liga de Campeones.

No fue un partido para grabar en vídeo desde luego. La buena noticia es que el Real Madrid ha hecho sus deberes y podrá afrontar con más calma el calendario europeo que le resta ante Lyon y Dinamo de Kiev en Ucrania.

El Madrid jugó de visitante en el Bernabéu. Los 15.000 rumanos metieron tanto ruido en la grada que el partido parecía se jugaba en Bucarest.

El Steaua actuó con inteligencia. Sacudió mucha patada táctica y buscó la contra de Dica en el medio centro. A Iker apenas si le encontraron. Sólo en una pusieron peligro. A los 34 minutos sacó una mano buena Iker a disparo de Marin, ofensivo siempre en el carril izquierdo. Sin embargo, Iker anduvo con poco tino en el saque de puerta. Llegó a acumular hasta cinco saques a la grada. Al sexto, apostó por sacar jugado el balón con la mano.

El juego fue trabado, con poco tiempo de juego real. En entrega, Capello no puede reprochar nada a su tropa. En acierto y en juego, sí. Van Nistelrooy apenas si entró en acción, aunque mandó un balón al palo.

Y es que el Madrid no jugó cómodo con dos gigantes como Goian y Ghionea. Nada que ver con el desastre de Bucarest.

Tras el descanso, más ocasiones en siete minutos que en todo el primer tramo. Raúl, Helguera avisaban. Robinho puso energía. Le sobra siempre un regate, pero nadie puede reprocharle su actitud. Capello movió ficha. Beckham suplió a Diarra. Reajustó tácticamente al equipo. El inglés, a la derecha. Raúl, de enganche, delante de Guti.

LA RESOLUCION Con Beckham el Madrid ganó en profundidad. No tiene velocidad, pero sus pases medidos desde la derecha siguen siendo letales. En uno de ellos, al saque de una falta, Sergio Ramos mereció gol con un remate que se le fue arriba del portal de Cernea.

El gol del Madrid, en cambio, llegó en un tanto absurdo. Nicolita le entregó un balón a su portero. La fatalidad hizo que la mandara a a la red. Nicolita no lo podía creer. Hundido en el césped, Beckham y Raúl tuvieron que ir a consolarle, a levantarle y animarle. Instantes después, Cernea volvió a estar dormido. Tumbó a Van Nistelrooy cuando se iba. Penalti, pero el holandés lo mandó a las nubes.

Ronaldo, de inmediato, sustituyó a Van Nistelrooy. Al final, el 1-0 bastó en una noche que dificilmente podrá olvidar el equipo rumano.