Después de los clásicos nervios y prisas de la última noche de mercado, ayer llegaron las presentaciones y las primeras palabras de los nuevos fichajes. Pero también hubo tiempo para sellar alguna operación, como la de Walter Pandiani que, al ser agente libre, pudo firmar tranquilamente su contrato con el Espanyol una vez cerrado el plazo. El Rifle , de 35 años, regresa al club blanquiazul, que también se ha reforzado a última hora con Romaric, mientras el capitán Luis García se despedía y tomaba rumbo a Zaragoza tras seis años como perico. Una triple negociación que demuestra el ajetreo de los clubs en las últimas horas.

Hasta 23 contrataciones se cerraron en la última jornada del mercado, que generó una vorágine de movimientos en las oficinas. Los clubs han invertido 349,9 millones en fichajes, una cifra ligeramente superior a la del pasado año (316). El último traspaso destacado fue el de Jonathan de Guzmán al Villarreal, que pagó los ocho millones de la cláusula del centrocampista al Mallorca.

Pandiani, que estaba sin equipo, intentará repetir el rendimiento de su anterior etapa. "Vuelvo con la ilusión de un niño. Me siento como en casa. Tenemos que hacer olvidar a Osvaldo entre todos lo antes posible", dijo ayer el punta uruguayo. Luis García puso punto final a su etapa blanquiazul. Y lo hizo entre lágrimas, como Chica, De la Peña o David García. "En la vida todo tiene un inicio y un final. Me marcho siendo un grandísimo perico", comentó el delantero asturiano, que jugará en el Zaragoza, un club que ha hecho 11 fichajes pese a estar sumido en la Ley Concursal, igual que el Rayo, que ha incorporado a Raúl Bravo y Tamudo.

Entre los últimos movimientos, destacan las contrataciones de Víctor Ruiz (Valencia), Moisés Hurtado (Granada) y el nigeriano Ogunjimi (Mallorca), inscrito a escasos minutos del cierre del mercado. El Atlético logró el fichaje de Diego (Wolfsburgo) y el Madrid colocó a Gago (Roma) y Drenthe (Everton). También a Pedro León, que vuelve al Getafe después de no contar para José Mourinho. No se podrá enfrentar al club blanco ni hablará mal del entrenador portugués. Una cláusula se lo impide.