El deporte extremeño vive pendiente de si florece su segunda revolución , después de la que en la década de los 90 llevó a varios de sus equipos a codearse con los más grandes. Como entonces, el papel de las ayudas institucionales y en concreto de la Junta de Extremadura se presenta fundamental. Y es que el dinero autonómico vuelve a fluir para los clubs profesionales después de unos años en los que prácticamente en su totalidad se destinaba a la base. Aunque no hay cifras oficiales, la inyección puede acercarse mucho en la temporada 2008-09 a los dos millones de euros, una cifra con la que antes no se contaba.

La fórmula que se ha encontrado es que la práctica totalidad de las entidades deportivas que juegan en categoría nacional reciban unos ingresos extra a través de Marca Extremadura, un programa estratégico de comunicación integral proyectado por la Junta. La idea es que, siguiendo la estela marcada por la campaña publicitaria protagonizada por el baloncestista villanovense de la NBA, José Manuel Calderón, los equipos extremeños exporten la imagen y los valores de la comunidad en los estadios y pabellones españoles.

MAS DINERO En la última década, los clubs únicamente podían aspirar a través de la dirección general de Deportes a unas cantidades económicas que rara vez superaban los 60.000 euros por cabeza en concepto de subvención. Sin embargo, la apuesta extremeña empezó a variar cuando el equipo Extremadura de ciclismo, anteriormente denominado Spiuk, consiguió 600.000 para poder salir en la categoría continental.

El Plasencia de baloncesto fue el siguiente y la fórmula caló. Otro equipo de basket, el Cáceres 2016, se presenta como el más beneficiado de la nueva temporada, con algo más de 500.000 euros de Marca Extremadura que le han permitido jugar en la LEB Oro. También el Mérida, como único representante regional en Segunda B de fútbol, consigue 300.000 euros.

Los demás también han tenido su parte de la tarta: los placentinos mantienen los 150.000 euros y otros como Forma Cáceres y Zorita (fútbol sala), Arroyo (voleibol femenino), Mideba (baloncesto en silla de ruedas), Iniexsa y Proffasa (baloncesto femenino) y Pines (balonmano) tienen prometidas cantidades algo inferiores a los 100.000 euros siempre que cumplan con un contrato publicitario. Este incluye que una buena parte de la publicidad en sus pabellones estará copada por Marca Extremadura y que en sus camisetas e incluso en sus nombres oficiales hay que incluir el nombre de la comunidad autónoma.

PIONERO EN DUDA La principal duda a la hora de echar números es saber si el equipo de ciclismo mantendrá los 600.000 euros que venía percibiendo. Si es así, la cifra total se aproximaría mucho a esos dos millones estimados. Si no, se quedaría por debajo de los 1,5. Este diario intentó ayer sin éxito contrastar estos cálculos con la consejería de los Jóvenes y del Deporte.

No solamente los equipos que viajan fuera de la comunidad se están viendo beneficiados: las costosas retransmisiones de los domingos por la mañana de los partidos de Tercera División de fútbol también son patrocinadas por Marca Extremadura, que incluso pretende dar su nombre a la competición del grupo XIV.

EL DEBATE Como era de esperar, los recuperados criterios de financiar públicamente a clubs profesionales --ya ocurrió en la década de los 90-- ha generado una disimulada controversia dentro y fuera del círculo del deporte extremeño.

Hay quien sigue opinando que únicamente el trabajo con los niños debe ser receptor del dinero de los impuestos. En Extremadura, los Judex son íntegramente financiados --viajes, mutualidad, arbitrajes-- por la Junta, lo mismo que los Jedes, la competición para deportistas discapacitados.

Incluso los clubs beneficiados se miran, en muchos casos, con recelo entre ellos, aunque rara vez lo manifiestan públicamente. Las quejas sotto voce contra quienes han conseguido un mejor tratamiento han abundado, aludiendo sobre todo a posibles agravios comparativos.

También se menciona que "no hay normas escritas" que regulen el reparto de Marca Extremadura, que no siempre tiene en cuenta las categorías en las que militan los distintos equipos, sino más bien su repercusión social y la posibilidad de proyección de cara al exterior.