La presión para que el Comité Olímpico Internacional (COI) pospusiera los Juegos de Tokio de este verano se hizo insoportable en los últimos días. El clamor era global y finalmente el COI ha cedido y en un comunicado difundido esta tarde de domingo ha anunciado que en las próximas cuatro semanas decidirá qué hacer con los Juegos del 2020, constatando que el aplazamiento figura como una de las posibilidades. Todo un mazazo para Japón, que se resiste pese a las evidencias desaconsejan su celebración.

Tras una reunión telemática de la Ejecutiva centralizada en Lausana y encabezada por Thomas Bach, el COI divulgó un texto en el que explicitaba su cambio de opinión. El gran tabú, el aplazamiento, fue abordado explícitamente. "A la luz del empeoramiento de la situación a nivel mundial, la Ejecutiva ha dado hoy el primer paso en la planificación de los posibles escenarios", dice la nota.

"El COI, en cooperación con el Comité Organizador de Tokio 2020, las autoridades japonesas y el Gobierno Metropolitano de Tokio, iniciará conversaciones detalladas para completar su evaluación de la rápida evolución de la situación sanitaria mundial y sus repercusiones en los Juegos Olímpicos, incluida la hipótesis del aplazamiento", señala el primer organismo deportivo mundial, que subraya, no obstante, que "la suspensión no está en la agenda".

PRIMEROS JUEGOS APLAZADOS

El coronavirus ha sesgado acontecimientos deportivos por todo el planeta y la cita olímpica apunta a que va a ser la próxima víctima. Los Juegos de Tokio están previstos del 24 de julio al 9 de agosto y serán los primeros en aplazarse en 124 años de su historia. Desde el inicio de los Juegos Olímpicos modernos, en Atenas en 1896, solo se han suspendido en tres ocasiones: Berlin-1916, Tokio/Helsinki-1940 y Londres-1944, las tres por las guerras mundiales.

El COI, el Comité Organizador de Japón y el propio Gobierno nipón deseaban dilatar al máximo una decisión que parece más inevitable a medida que pasan los días. A lo largo de este fin de semana federaciones, atletas y comités olímpicos han redactado comunicados y realizado declaraciones con el fin de doblegar el empecinamiento de los organizadores de seguir adelante con un acontecimiento en el que sin duda había muchas ilusiones depositadas, y muchas inversiones ya realizadas, pero impracticable en estos tiempos de pandemia, encierro, enfermedad y muerte.

ELEVADO PRESUPUESTO

En Japón la resistencia a perder su gran escaparate es fuerte. El primer ministro Shinzo Abe ha apostado su legado a los Juegos, calculando un auge en el turismo y de gasto del consumo, sin olvidar que el país ha gastado buena parte de los 11.564 millones de presupuesto de los Juegos.

Los patrocinadores principales, como Panasonic y Toyota, andaban nerviosos, pero socialmente aún se mantiene la ilusión. La llama olímpica llegó a Japón el viernes en una ceremonia de bienvenida a escala reducida, pero el sábado más de 50.000 personas hicieron cola para ver cómo se exhibía en la estación de Sendai en Miyagi, según los medios locales. Japón tiene uno de los números más bajos de contagios y muertes por coronavirus, aunque existe escepticismo sobre esas cifras.