El baloncesto no es un deporte especialmente popular en Colombia. Más bien nada. Tampoco lo es en Perú ni en Bolivia. Sin embargo, un trocito de esos países estuvo ayer presente en el Multiusos. 55 de sus ciudadanos (40 colombianos, 10 peruanos, 5 bolivianos) fueron invitados por la Fundación Valhondo Calaff para que pudiesen disfrutar del equipo de basket de la ciudad en la que ahora viven. Sí. La inmigración llega al Cáceres 2016. Qué chévere.

La iniciativa se presentó al principio de esta semana y tendrá continuidad para el resto de la temporada. Por un dinero más bien simbólico (3.000 euros), el club facilita un sector del pabellón para que colectivos con riesgo de exclusión social puedan asistir a los encuentros. La iniciativa, impulsada por el presidente de la fundación y subdelegado del Gobierno, Fernando Solís, dio anoche sus primeros pasos con unas importantes dosis de ilusión. El propio Solís estuvo incrustado entre los seguidores de nuevo cuño.

Vidas en España

Entre los hispanos que se encontraban en el sector se podían encontrar todo tipo de historias. La mayor parte de ellos no había visto un partido de baloncesto en vivo nunca, pero intentaron disfrutarlo, uniéndose a menudo en la celebración de las canastas del equipo local.

Horario es colombiano, tiene 43 años y lleva ocho en España. Es ingeniero electrónico. "Lo estoy pasando muy bien", contaba mediado el segundo cuarto, sin perder ojo de lo que sucedía en la pista. "Espero que volvamos a venir. Es un buen espectáculo".

Su compatriota Cristian, de 29 años, es recepcionista de hotel y coincide en sus valoraciones, pero no a todos les va tan bien a nivel personal. Son tiempos difíciles. Jorge Mario, de 44, llegó hace seis meses y no encuentra trabajo. Al menos pasó un buen rato con el baloncesto y no pierde la esperanza de que su situación se revierta.

No solamente había adultos entre ellos. También niños y adolescentes que eran probablemente los más animosos del grupo.

"Para nosotros es importante que esta gente pueda incorporarse al Cáceres 2016, que se vea que podemos hacer más cosas por la comunidad", considera el presidente del club, José Manuel Sánchez.

El baloncesto como vehículo de integración. La semana que viene, en el choque contra Navarra, llegarán otros con sus duras historias particulares. Al menos durante 40 minutos las olvidarán.