Luis debió ver un encuentro muy diferente al que vivieron algunos jugadores. "Como equipo, estuvimos formidables", dijo el entrenador. Muy diferente fue el análisis de Albelda, que dejó claro que no por poner más delanteros "vas a crear más ocasiones". Poco a poco, los jugadores van perdiendo la fe en Luis. Tampoco ayudó mucho la decisión del técnico de concentrar a todos los jugadores durante tres horas a la llegada a Madrid, al filo de la seis de la madrugada. Joaquín se quedó en la grada en el choque del miércoles, lo que motivó su enfado.

"Decir que mi fútbol no valía en Lituania es una tontería muy grande", afirmó el internacional. Ni él ni casi nadie se parece al que juega en su club. En Lituania, la excepción fue Luque, el mejor del partido. Reyes no es ni la sombra del que deslumbra en el Arsenal. Allí juega de segundo delantero, y con España anda pegado a la banda izquierda. Y ahora las dudas se multiplican.