Alberto Contador parece que está condenado a hacer sufrir más de la cuenta en este Tour. No hay nada perdido. Ni mucho menos. Pero entregar en la primera etapa 1.14 minutos al resto de favoritos (a Cadel Evans incluso un poco más) no es para lanzar cohetes al aire.

Se podrá hablar de mala suerte, que si la caída masiva a nueve kilómetros de la meta se produjo delante, donde van todos los favoritos. Cierto. Nada discutible. Pero, ¿cómo es que solo se vieron afectados los corredores españoles encabezados por Contador y Samuel Sánchez? Ni Andy ni Frank Schleck, ni el mencionado Evans, ni Van den Broeck, ni Cunego, ni Vinokurov, ni Cancellara, ni Leipheimer, ni Basso, ni Brajkovic, ni Karpets, ni Wiggins. Nadie. Ni las aparentes figuras francesas. Solo Contador, Samuel Sánchez, Luis León Sánchez, David Arroyo; es decir, la flor y nata del ciclismo español encabezada por encima del resto por un Contador al que incluso se le vio excesivamente sosegado en lo que debía ser una caza sin cuartel para ceder el mínimo tiempo posible con el grupo del pelotón que había superado la voluminosa montonera.

Si no estaba en su sitio, la cuestión puede ser un poco preocupante, aunque para salir de dudas nada mejor que preguntárselo a su fiel mecánico Faustino Fausto Muñoz, quien se lanzó como si fuera un esprínter con la bici reserva del tricampeón, desde el coche auxiliar, por si su jefe de filas necesitaba un cambio inmediato de máquina. No fue necesario. Contador, sin apenas resguños, se levantó de inmediato. ¿Desmotivado? "Quien se atreva a decir que Alberto está desmotivado, que espere y ya se enterará", explicó el mecánico del ciclista madrileño.

Hoy, en la contrarreloj por equipos de 23 kilómetros, el Saxo Bank no es el conjunto favorito y lo normal es que el Leopard de los hermanos Schleck, con Cancellara tirando de los suyos, se salga en la etapa y castigue a Contador hasta casi los dos minutos de desventaja. Miguel Induráin comenzó también a contrapié, por un despiste masivo del Banesto en la jornada inaugural en la que se daba un paseo alrededor de Lyón, el primero de sus cinco Tours, en 1991, hace ahora 20 años. Perico Delgado, luchando contra los elementos al más puro estilo de las tropas de Felipe II, no fue capaz de recuperarse en un Tour de leyenda (1989) del despiste de llegar tarde a la rampa de lanzamiento en el prólogo de Luxemburgo.

TRIUNFO DE GILBERT Sin embargo, también es bueno recordar una frase histórica del campeón segoviano. "Es más fácil recuperar cuatro minutos en el Tour que uno en la Vuelta". La táctica de perder tiempo en la primera semana fue la que llevó a Marco Pantani a ganar su único Tour, en 1998, el tristemente marcado por la vergüenza del dopaje.

Por eso, lo mejor es pensar que ayer, a nueve kilómetros del Mont des Alouettes, donde ganó quien se esperaba, el primer líder, el belga Philippe Gilbert, Contador solo estuvo en el lugar equivocado. Que no se hizo daño, que el tiempo perdido es una anécdota y que quien ríe último ríe mejor.