A Alberto Contador nadie le puede negar su espíritu de lucha, en cualquier parte, en todas las carreras, ya sea el Tour, donde las caídas lo condenaron al abandono, ya sea al inicio de temporada en la Vuelta al Algarve, o este mes de agosto en la ronda burgalesa, en el camino de preparación para afrontar la Vuelta, que se ha convertido en el gran reto del 2016 tras la retirada de la 'grande boucle'.

Aunque él no lo admitiera, Contador era el gran favorito para la victoria en Burgos, que al final le ha costado más de la cuenta porque apareció un ciclista llamado Sergio Pardilla, al que por una vez le sonrió la fortuna en el ciclismo, para imponerse en la dura ascensión a las Lagunas de Neila y quedarse a tan solo un segundo del ciclista madrileño en la pelea por la victoria final empatado a tiempo con el belga Ben Hermans. Contador se pasó toda la subida controlando y con la calculadora en la mano, lo que le sirvió para triunfar por la mínima, suficiente para anotar su nombre en una carrera y en una ascensión que tenía un punto negro en su carrera profesional.

EL ACCIDENTE DEL PASADO

En el 2006, preparando la Vuelta como ahora, cuando todavía era una promesa del ciclismo mundial, sufrió un desvanecimiento en la bajada, tras finalizar la carrera, consecuencia del ictus que casi lo retira del deporte. Fue también la señal para superar el problema físico y empezar a triunfar en el mundo de la bicicleta.

Contador regresaba, superada las lesiones consecuencia de las caídas en el Tour. No quiso ir a los Juegos y aprovechó la ruta burgalesa para encontrar el último toque de pedal antes de la Vuelta, que se inicia el 20 de agosto en Ourense. "Me hace mucha ilusión haber ganado en Burgos y ahora solo pienso en ir a por la victoria en la Vuelta". Tres veces ha disputado la ronda española y las tres han terminado en victoria.