Alberto Contador ya ha tomado el primer contacto con las carreteras francesas, el mismo escenario en el que espera conquistar de aquí al 24 de julio su cuarto Tour de Francia, el que sería tercero de forma consecutiva. El ciclista madrileño se ha encontrado con un ambiente menos hostil de lo que esperaba en la multitudinaria conferencia de prensa que ha efectuado como último vencedor de la prueba y en la que apenas hubo preguntas referentes al caso que mantiene abierto con el TAS (Tribunal de Arbitraje Deportivo) que debe aprobar o no en agosto la absolución de dopaje dictada por la Federación Española de Ciclismo. El tricampeón del Tour entrenó por espacio de dos horas junto a sus ocho compañeros del Saxo Bank. La ronda francesa empieza el sábado con una etapa en línea que partirá desde el emblemático Pasaje de Gois, el lugar donde se produjo en 1999 una espectacular caída que partió el pelotón en dos y que fue transcendental ya que gracias al incidente Lance Armstrong ganó la primera de las siete ''grandes boucles''. Contador, en la conferencia de prensa, repitió su incertidumbre sobre su estado de forma, tras el esfuerzo realizado en el Giro, aunque aseguró que "si noto que tengo buenas piernas no desaprovecharé la ocasión", sobre todo cuando llegue la primera cita de alta montaña, en Luz Ardiden en los Pirineos, que este año preceden a los Alpes. El ciclista pinteño consideró a Andy Schleck como su principal rival, aunque "no el único", y destacó al holandés Gesink, líder del Rabobank: "Tengo amigos en este equipo y me han dicho que será muy peligroso".