A última hora de la tarde, cuatro autobuses de aficionados del Linares estaban ya cubiertos. En ese momento, alrededor de 300 socios del conjunto andaluz habían adquiridon su entrada para la 'final' del partido ante el Cacereño (domingo, 12.00 horas, Príncipe Felipe).

"En el club tienen ahora 500 entradas. Hasta el sábado pueden tener mil, aunque no creo que lleguen a esa cifra". El director deportivo-gerente del Cacereño, Javier Sanz, apuntaba estos datos sobre la capacidad de respaldo del rival de cara a la ida de la eliminatoria de permanencia. Sin embargo, Sanz cree que este poderío visitante se verá contrarrestado por el local. "Vamos a tener muy buena entrada. Será el partido más importante del Cacereño en muchos años y Cáceres tiene que estar con el equipo. Estoy seguro", pronostica.

No quería dar cifra alguna Sanz sobre lo que el CPC prevé para el domingo, pero "yo creo que va a estar muy bien y la gente va a apoyar". ¿3000? "Más, más". Lo ideal sería llegar al lleno, pero esto es una entelequia.

El Cacereño ha contratado seguridad privada por los riesgos que supone un encuentro de esta trascendencia y ambiente. Todos los seguidores del Linares estarán ubicados en la zona sur de la Preferencia, casi en la esquina, para evitar problemas.

En lo estrictamente deportivo, el equipo entrenó ayer por la tarde con la presencia de Mejías. La principal preocupación sigue siendo el capitán, Rubén Palero, cuyo concurso sigue siendo más que problemático. Las dos fracturas en la mano y los riesgos que ello conlleva hacen que el propio defensa madrileño esté muy remiso. En cualquier caso, su nivel de compromiso queda fuera de toda duda.

En el entrenamiento de ayer tarde participó Mejías. El central es bastante probable que sea titular ante la previsible ausencia de Palero. Marcos tendría que decidir si reubicar en el lateral a Gonzalo o apostar por el joven Ale. Ismael sí estará en este choque antes de irse con la selección de Kenia. Ante la ausencia de Leo Ramírez, sancionado, lo más probable es que el técnico se decida por retrasar a Aarón y confirmar la titularidad de Antonio Amaro, que en Izarra fue suplente, aunque su salida coincidió con los goles.