«Durante la competición no hay relación de pareja, dentro del coche siempre hay tiras y aflojas, ciertos encontronazos». La explicación es de la almendralejense María del Mar Espinar, copiloto del Motor Club Almendralejo, que junto a su marido Manuel Reyes ha participado este año en la Dacia Sandero Cup del Campeonato de España de Rallys de Asfalto. «No se puede mezclar lo personal con la afición por al automovilismo», añade esta enamorada del motor.

Al mundo de los coches llegó de la mano su esposo. Él lleva mucho tiempo corriendo y María del Mar siempre estaba pendiente de las carreras. «Me encargaba de los papeleos, tramitación de licencias, inscripciones...». Así hasta que llegó un momento en el que hacía falta un copiloto y ahí surgió la oportunidad. En verano hizo un cursillo y su primera prueba fue el IV Rally de Extremadura Histórico en Jarandilla de la Vera.

«Fue fatal», es su recuerdo de aquella primera experiencia. Los más de 40 grados de temperatura hacían que enfundarse el mono de piloto e intentar respirar en el coche fuera toda una proeza. «La prueba, a pesar de no penalizar, fue un tanto complicada», rememora.

Madre de una niña de cuatro años y administrativa de una empresa de maquinaria agrícola, Espinar reconoce que no es fácil compaginarlo todo. «Acudir a una prueba del nacional es lo más complicado, son muchos días fuera de casa; al final acabamos sacrificando muchos aspectos de la vida personal».

A pesar de todo, está muy satisfecha de su actuación en la Dacia Sandero Rally Cup, con una octava posición, y ya trabaja en la planificación de la próxima temporada, en la que pretenden compaginar el campeonato nacional con el regional extremeño de asfalto.