El deporte y el mundo de la empresa pierden en España a un personaje tan apasionado como polémico. La llegada de Jesús Gil (Burgo de Osma, Soria, 12-03-33) a la presidencia del Atlético de Madrid, en junio de 1987, significó un punto y aparte en el fútbol español. La forma de dirigir el club fue tan conflictiva como su labor como alcalde de Marbella.

Jesús Gil era el dueño del Atlético desde que presentó unos avales para cubrir los cerca de 12 millones de euros (1.986 millones de pesetas) exigidos para transformar el club en una sociedad anónima.

Un negociante nato

Siempre vivió al borde de la ley. Desde hace más de 30 años ha sido un asiduo de los juzgados, llegando a tener abiertos más de 80 casos. Ha estado tres veces en la cárcel.

En 1954 se embolsó sus primeras 160.000 pesetas (961 euros) como intermediario en una venta de cuatro camiones Leyland, aprovechando que trabajaba en el garaje de un familiar suyo. Poco después ya era el dueño de esta empresa de su primo. Estos negocios se le quedaron pequeños y se decidió por el sector inmobiliario en los inicios de los 60. A los 36 años se convirtió en constructor y levantó la urbanización de Los Angeles de San Rafael, donde fallecieron 58 personas, lo que motivó su primer ingreso en prisión.

Fue elegido alcalde de Marbella en mayo de 1991. Abandonó la alcaldía en abril del 2002 después de que el Tribunal Supremo confirmara la condena de 28 años de inhabilitación.

Sus negocios familiares habían crecido vertiginosamente. Todas sus empresas, unas 50, se movían desde el Club Financiero Inmobiliario, con sedes en Marbella y Madrid. Desde allí también dirigía la alcaldía y el club, convirtiéndose en un personaje popular y polémico por sus constantes e hirientes declaraciones. Desde el palco vivió la gloria del doblete de Liga y Copa (1996) y el infierno del descenso a Segunda (2000).

Paolo Futre fue el fichaje estrella de su primer proyecto. Un día después de acceder a la presidencia, Gil y Luis Aragonés llegaron a las manos en el vestuario. El técnico fue despedido y llegó Menotti. Luego destituyó a otros 39 entrenadores y fichó a más de 130 futbolistas. Se calcula que ha invertido cerca de 300 millones de euros (50.000 millones de pesetas) en el fútbol.

Gil será recordado también por los despidos improcedentes de jugadores, por sus frases contra todos los estamentos del fútbol y por el puñetazo que le dio al gerente del Compostela, José Gonzalo Fidalgo, en la sede de la Liga de Fútbol Profesional, en marzo de 1996.

La Audiencia le devolvió las acciones del Atlético el pasado febrero para que el club pudiera hacer una ampliación, que se aprobó el pasado 10 de mayo. La deuda actual del Atlético asciende a 270 millones de euros (unos 40.000 millones de pesetas). Gil sopesaba la posibilidad de vender el club "Yo ya he hecho todo lo que podía hacer. Soy un presidente amortizado", declaró el malogrado dirigente, que últimamente sólo vivía para conocer y disfrutar de su primer nieto, Raúl, que será el primer hijo de Miguel Angel Gil Marín.