A simple vista, sus condiciones, las de un futbolista de desborde, descarado y atrevido, contrastan con la timidez y humildad personal que muestra. Se deduce de Jaime Corchado Alegre (Carbajo, 9 de junio de 1998) que es un joven enamorado del deporte que practica y de su día a día, que se completa como ayudante de Jesús González en el cadete B del Diocesano y, lo más importante, con sus estudios de Ciencias del Deporte en la Uex, que espera terminar con éxito este año. «Lo llevo muy bien, de momento. Hay tiempo para todo», apunta sin remilgos el extremo del Dioce de Tercera División, con Tete el que más tiempo lleva en el club: 13 temporadas.

«Nos vinimos desde el pueblo a Cáceres mis padres, mi hermano Rubén y yo». Siendo un niño, militó una temporada en el Veracruz («pregunté si podía ir a jugar a su escuela», acota) y desde entonces, sin interrupción, lo ha hecho con sumo gusto en la entidad colegial. Corchado es una de las referencias del cuadro que entrena Adolfo Senso, que está cuajando una sobresaliente temporada. «Nadie lo esperaba, dudaban muchos, menos nosotros», dice. 30 puntos a estas alturas, por 23 del año pasado, hablan muy bien de la trayectoria rojilla.

Haciendo historia

El extremo fue, junto a Javi González, Viñuela, Joserra e Iván, uno de los cinco futbolistas del juvenil que subieron al primer equipo hace tres temporadas, en la fase de ascenso que les llevó a Tercera. Dos buenas campañas en la categoría y ésta que va camino de serlo han consolidado a Corchado como un jugador importante. ¿Hasta cuándo en la entidad? «No pienso en eso; solamente en el día a día…», comenta.

La condición de futbolistas no profesionales hace que todo fluya con naturalidad en el Diocesano. «Las ganas y la identidad nos hace que todo sea más fácil; estamos aquí por gusto», agrega. Y es que, recuerda el canterano, «sabemos que a cualquiera le podemos ganar». El próximo domingo, por ejemplo, reciben al líder, el Villanovense. Y a fe que lo harán sin rémoras psicológicas por la entidad de los serones, afirman.

Acaba la charla y Jaime Corchado se va a la biblioteca a estudiar, enfrascado en esa dualidad que tan feliz le hace. Sabe que el trabajo da sus frutos, como el que llevan a cabo en un Dioce que acumula 11 partidos sin perder y que tiene a Javi Bernal como máximo artillero del grupo, con 17 goles. Él, que acumula tres, no tiene en absoluto envidia alguna. Más bien se alegra, como también se congratula de su relación con el técnico. «Estoy muy contento porque me está dando confianza, que es lo más importante».