Se percibía buen rollo en el palco y en el campo de juego, pero no en la grada de Preferencia, en uno de cuyos costados fue situado un grupo de unos 40 aficionados del Badajoz. Alrededor de una decena de policías velaron por la seguridad y se afanaron antes, durante y después, para que solamente afloraran los insultos. Amenazas, gestos oscenos y retos . Muy poco más, como en el césped, aunque pudo haber algún lanzamiento de piedras casi al final.

El buen rollo estuvo en el palco, con la representación pacense y la directiva cacereña confraternizando. También lo hacían, a ras de césped, Manolo Sánchez y Adolfo Muñoz, los entrenadores respectivos. Ellos y Antonio Martínez Doblas, consejero delegado del Cacereño, compartieron vivencias, que en el caso de los técnicos se remonta a mediados de los 80, en los que incluso llegaron a compartir vestuario en el Murcia, aunque fuera en Segunda División. En ambos casos han sido, sin duda, de los futbolistas más destacados extremeños de la historia.

Lecturas distintas

Manolo y Adolfo también coincidieron en señalar que el partido no había sido bueno. El cacereño, en cualquier caso, dijo que en "el cómputo general" habían merecido más y el pacense llegó a declarar que su equipo había tenido "tres ocasiones muy claras en el primer tiempo" que no aprovecharon.

"Ha sido un partido duro, igualado y difícil, como se preveía", analizó Manolo, que vio una "lectura positiva" globalizando los resultados de la semana. "Son tres partidos sin perder y éste es el camino. Queríamos haber dedicado un triunfo a nuestra afición, pero no ha podido ser y seguimos abajo".

Manolo manifestó que sigue teniendo fe en sus jugadores. "Hay que confiar en esta plantilla y tenemos que ganar en casa cuanto antes. Mi equipo se ha entregado, pero nos ha faltado el último pase", añadió.

"Si no podemos ganar, lo importante es sumar", afirmó también Manolo, no queriendo entrar al trapo con el tema de la dificultad añadida del estado del terreno de juego. "Es lo que hay. Para nuestra manera de jugar, nos perjudica, pero seguiremos siendo fieles a la idea y a nuestro juego", no dudó en decir ante los periodistas. Del mismo modo, defendió el trabajo de hombres como Juanín o Gonzalo cuando fue preguntado por estos casos concretos.

Mientras tanto, Adolfo Muñoz, además de sorprender con la afirmación de las tres oportunidades claras, incidió en que el partido fue igualado. "Ha sido el clásico derbi donde ninguno quiere perder", aseguró, para añadir que en el segundo tiempo el Cacereño "ha dominado más".

El técnico pacense apeló al desgaste físico de los dos equipos consecuencia directa de los tres encuentros disputados, y que ello había podido influir en que no se viera un buen juego. Cuestionado por si había sido un juego feo, lo asumió y dijo que "nos gustaría ofrecer mejor espectáculo". También abundó en el problema del campo y la dificultad de controlar el balón. "No acompaña a conseguir los pases".

En realidad, a Adolfo lo que más le gustó fue el ambiente. "Yo les he dicho a mis jugadores: esto es ambiente de fútbol. Todo esto favorece al espectáculo y al fútbol" y apeló al extremeñismo. "Tenemos que luchar por lo nuestro", afirmando después que Cacereño y Badajoz, "con sus matices", son equipos igualados y que ambos lucharán en el grupo de la zona media para abajo de la tabla clasificatoria, al menos en principio.

Coincidencias en positivo en el campo de juego y en el palco, no tanto en la grada, aunque en realidad la rivalidad ha acompañado a Cacereño y Badajoz históricamente. Como en todos los derbis de cualquier parte del mundo. El fútbol es el fútbol y ese es un ingrediente más.