La confusión y la sucesión de noticias ha sido constante en las últimas horas en el mundo del ciclismo, entre casos de coronavirus por confirmar, equipos retenidos en un hotel, anuncios de ausencia en las carreras italianas y, parecía inevitable, la primera carrera suspendida. La Strade Bianche prevista para este sábado 7 de marzo no se disputará, pero por el mismo camino van la la Tirreno Adriático (del 11 al 17) y una Milán-San Remo, un monumento del ciclismo, prevista para el día 21 y que no se deja de correr desde la Segunda Guerra Mundial, en 1945. Antes que la carrera profesional masculina, la organización ya había anunciado de la Strade Bianche femenina y la prueba para aficionados.

Después de que la UCI hubiera dejado la responsabilidad en las autoridades nacionales y de que el gobierno italiano hiciera el anuncio este miércoles de que todos los espectáculos deportivos serán a puerta cerrada durante el próximo mes, el ciclismo intenta gestionar su relación con la crisis. La empresa RCS, organizadora de las tres grandes carreras italianas en peligro y del Giro de Italia, confían en salvar la gran ronda italiana y en recuperar las carreras suspendidas después.

Espantada de los equipos

Fue el Ag2r el que le dio oficialidad a la noticia que aún era rumor de la suspensión definitiva de la Strade Bianche. El equipo francés anunció que, tras la cancelación de la clásica del sterrato, no participará en las próximas carreras en territorio italiano, lo que incluye Tirreno-Adriático y Milán-San Remo: “Como gerente del equipo, no puedo arriesgar la salud y la integridad de nuestro personal cuando la situación de salud es tan inestable en Italia y se han planteado muchas preguntas legítimas dentro del equipo", explicaba en un comunicado Vincent Lavenu, mánager del equipo francés.

Fuera de suelo italiano, la París-Niza (entre el 8 y el 15 de marzo) es otra gran carrera en peligro. La Volta a Catalunya se presenta como el primer punto de control que han establecido los equipos para tomar nuevas decisiones. Este mismo jueves el equipo Astana anunció que no competirá hasta el 20 de marzo, en la ronda catalana: “Por ahora la seguridad es lo primero. No ha sido una decisión fácil, pero tenemos que proteger a la familia del ciclismo así como a nuestras propias familias en casa", comentó el mánager Alexandr Vinokurov. Antes, el equipo Ineos había oficializado que no competirá hasta finales de mes, amparado en el luto por el fallecimiento de su director Nicolas Portal.

El primer equipo que anunció su ausencia en la Strade Bianche fue la potente escuadra neerlandesa Jumbo Visma, con Dumoulin o Roglic en sus filas, siguiendo la recomendación del Ministerio de Asuntos Exteriores de Países Bajos: “El objetivo debe ser salvar la mayor parte de la temporada, no un puñado de carreras”, decía el comunicado, a la espera de la evolución de la enfermedad.

Poco después, el equipo de los hermanos Yates, el Mitchelton Scott, fue un paso más allá y anunció que no volverá a competir hasta el 22 de marzo para prevenir la propagación del coronavirus, lo que afecta a pruebas desde la Strade Bianche hasta la Milán-San Remo, pasando por París-Niza o Tirreno-Adriático. El conjunto norteamericano Education First, con Rigoberto Urán o Sergio Higuita, también se unió a esta medida, así como el CCC y el equipo francés del Groupama-FDJ, confinados en una planta de un hotel de Abu Dhabi junto al Cofidis, UAE y Gazprom hasta el 14 de marzo, sin contacto con el personal y sin acceso a áreas deportivas.