Honda contrató a Livio Suppo, que había hecho campeón a Casey Stoner en Ducati (2007). Y lo primero que hizo el dirigente italiano fue contratar al australiano para el equipo de la marca alada. Lo que provocó el enfado de Alberto Puig y Dani Pedrosa, maestro y compañero de Stoner en sus inicios en las carreras.

Las victorias (Qatar, Le Mans, Montmeló y Silvertsone) y el liderato de Stoner, unido a nuevas caídas, lesiones, operaciones y ausencias de Pedrosa parecieron reforzar la posición de Suppo en Honda, preocupada de que el tricampeón catalán siguiese sin ofrecer suficiente regularidad como para hacerse, como number one, con el título de la máxima categoría.

La creación del equipo más impresionante jamás construido (Stoner, Pedrosa, Andrea Dovizioso y Marco Simoncelli) puede acabar obligando a Honda a hacer lo que nunca ha hecho: dar órdenes de equipo. Si Honda deja que todos ellos busquen la victoria, el beneficiado puede ser Jorge Lorenzo, campeón y jefe actualmente de Yamaha.

Y, por lo visto ayer, Pedrosa está para ganarlo todo. Su carrera fue impresionante, brillantísima, la dominó siempre y como quiso, exprimió su fantástica Honda, descansó cuando lo creyó oportuno y les atacó con decisión. Estuvo siempre magistral. Y dijo: "Jorge (Lorenzo) ha recuperado totalmente su confianza en las últimas carreras y el campeonato está ahora mucho más interesante que hace un mes. Yo corro sin presión y me siento muy cómodo. No me importa la clasificación, ni ahora ni al final del Mundial. Eso sí, espero no molestar. ¿Qué quien quiero que gane al final? Pues el mejor". E.P.R.