"Si miran las estadísticas, verán que somos dos equipos muy parecidos", advirtió ayer Luiz Felipe Scolari tratando de describir la enorme igualdad que existe entre Portugal y Holanda. Estudioso y analista como es, el seleccionador brasileño las había mirado antes.

Y los números oficiales de la UEFA revelan que los dos equipos han marcado el mismo número de goles (seis), han encajado cuatro y tienen el mismo porcentaje de posesión de balón: 58,5% del tiempo. También se han clasificado para la semifinal a través de los penaltis. Apenas hay diferencia en el número de falta cometidas (81 Portugal y 76 Holanda), en fueras de juego (11 y 12) e incluso en las tarjetas recibidas (8 y 9).

Entre dos conjuntos cortados por el mismo patrón, el aparente equilibrio se romperá por los matices que aporten los futbolistas. Reticente a utilizar nombres propios, Scolari anunció que modificará el dibujo táctico en función de las virtudes holandesas. No quiere que Portugal empiece otro partido perdiendo. Sucedió ante Grecia (encajó un gol en el minuto siete) y ante Inglaterra (en el tres). "Jugar con riesgos supone un desgaste muy grande", confesó, antes de afirmar que dos jugadores tendrán "misión específica".

Retos

Miguel deberá estar pendiente de Arjen Robben --"un gran jugador, muy joven y muy rápido", dijo Scolari--, y tendrá el apoyo del interior Maniche y el central Carvalho. Jorge Andrade se ocupará de Ruud van Nistelrooy, un delantero que tiene la extraña virtud de atraer todos los balones que le centran los extremos.

El central deportivista, a los 26 años, afronta uno de los trabajos más delicados de su carrera. Van Nistelrooy es el segundo mejor realizador del torneo con cuatro goles. Nunca le ha marcado antes. Scolari aleccionará a Andrade para que le vigile .