"No pierde, pero tampoco gana". Es una frase que cada quince días suele escucharse en la grada del Príncipe Felipe. Los aficionados del Cacereño están contentos porque no pierda su equipo, pero son conscientes de que en la liga de tres puntos, los empates saben a derrota desde el momento que impiden aspirar a cotas mayores. Y ese es un problema que arrastra el club verde desde hace varias temporadas.

Hace dos campañas, con José Luis Montes en el banquillo (ahora entrenador del Villanovense), el Cacereño fue el rey del empate en el Grupo I de Segunda B. 15 de sus 38 partidos acabaron en tablas. Aquella temporada, donde el equipo peleó hasta el final por la permanencia (acabó con 48 puntos), sumó más derrotas, 12, que victorias, 11.

Al año siguiente, con Pedro Pablo Braojos en la dirección, el Cacereño repitió título de máximo empatador . 16 partidos acabaron en igualdad. El gran cambio fue el número de partidos ganados, 15, frente a los perdidos, 7, lo que le permitió pelear hasta el final por una plaza en la Copa del Rey. Se escapó, aunque una invitación de la federación le permitió jugarla.

Y Cobos, pupilo de Montes y Braojos, sigue su misma estela, aunque el estilo de juego y el carácter que ha tratado de implantar al equipo son totalmente distintos. De momento, a falta de tres partidos para que acabe la temporada, el Cacereño ha cosechado 14 empates. Pero este año no es el rey en esa estadística, donde le superan San Fernando y Ecija, ambos por delante de los verdes en la clasificación, lo que demuestra, sobre todo en el caso del San Fernando (en puestos de play off ), que sumar de uno en uno no está reñido con grandes aspiraciones siempre que el número de derrotas se mantenga bajo.

El mayor número de empates los ha sumado el Cacereño en su campo (ocho frente a seis). Eso, unido a las tres derrotas, hace que 17 puntos se hayan escapado del Príncipe Felipe. En las tres últimas jornadas el conjunto verde ha firmado otros tantos empates, cerrando así cualquier opción.

Ahora, en su próximo compromiso, visita a un desahuciado San Roque de Lepe, al que puede dar la puntilla definitiva y mandar a Tercera, ayudando así a los otros extremeños, Arroyo y Villanovense, que se miden entre sí en el derbi del domingo.