La crisis institucional vuelve a instalarse en la UD Mérida. Algo que, por otra parte, tampoco sorprende, pues ha sido la constante durante las cuatro últimas temporadas en el club más representativo de la capital autonómica.

Tal como avanzó EL PERIODICO EXTREMADURA en su edición del domingo, la paciencia de empleados y futbolistas del conjunto romano , con cinco y tres nóminas de retraso respectivamente, se ha agotado.

Los empleados, por escrito, trasladaron el viernes a la cúpula de la junta directiva su intención de tomar medidas si mañana no han cobrado el cincuenta por ciento de lo que se les debe. Además, exigían estar al día con fecha 1 de abril.

La plantilla también había decidido secundar los pasos iniciados por los empleados.

Mientras el día de hoy será de transición, la jornada de mañana puede resultar clave. Tanto empleados como jugadores esperan recibir noticias satisfactorias de presidente y vicepresidente, y sobre todo cobrar, pues, de no ser así, el jueves pondrían en práctica medidas de presión para defender sus derechos.

Los empleados, que descartan ir a la huelga para no bloquear al equipo, pondrían su caso en manos de un abogado el jueves. Mientras, los jugadores convocarían a los medios de comunicación ese día para dar lectura a un comunicado e informar del resto de medidas que tomarán.

COLISTA Por si fuera poco, el caos económico e institucional viene acompañado de la delicada situación deportiva por la que atraviesa el Mérida, que desde el domingo es el colista del grupo IV de Segunda B. Una situación inédita esta temporada, pues hasta ahora la peor clasificación emeritense había sido el penúltimo puesto, que, desde la novena jornada, había ocupado durante dieciocho semanas ininterrumpidamente.

El técnico del Mérida, Andrés Tébar, no podrá contar con Cubillas por acumulación de tarjetas el domingo (12.00 horas) ante el Melilla, aunque recupera a Johny y Raúl Morales, tras cumplir cada uno su partido de sanción. El choque será dirigido por el andaluz Lancharro Aranda.