REAL MADRID - 3: Iker Casillas; Sergio Ramos (Garay, m.71), Pepe, Albiol, Marcelo; Gago, Xabi Alonso, Guti; Kaká (Raúl, m.78), Cristiano Ronaldo (Higuaín, m.69) y Benzema.

OLYMPIQUE DE MARSELLA - 0: Mandanda; Bonnart, Diawara, Heinze, Taiwo; Abriel (Rodríguez, m.61), Mbia, Cheyrou, Lucho; Niang (Ben Arfa, m.87) y Morientes (Brandao, m.63).

GOLES: 1-0, m.58: Cristiano Ronaldo. 2-0, m.60: Kaká de penalti. 3-0, m.64: Cristiano Ronaldo.

ARBITRO: Martin Hansson (SUE). Mostró cartulinas amarillas a Mbia, Heinze y Rodríguez por el Olympique. Expulsó a Diawara (46 y 60) por doble cartulina.

La aparición de Cristiano Ronaldo, autor de dos goles y víctima de un penalti que le hizo retirarse lesionado, cambió el rumbo de un Real Madrid sin patrón de juego, basado en las individualidades, que derrotó al Olympique en seis minutos de inspiración con Raúl en el banquillo.

Pellegrini no encuentra el sistema y comienza a ser preocupante. Ha tenido cinco partidos de Liga y dos de Liga de Campeones para ir dando con la tecla. El Madrid carbura en resultados pero no en juego de equipo. Define los partidos por genialidades de sus estrellas. Por individualidades o la asociación en un corto espacio de dos futbolistas, pero el bloque no genera el fútbol esperado.

Las rotaciones ocultan en ocasiones duras decisiones. Ante el Olympique, las aparcó el técnico madridista para mostrar a Europa que en su proyecto Raúl es suplente. Fue el primer día que el capitán protagonizó una extraña imagen. El máximo goleador de la Champions escuchó el himno en el banco y se pasó la segunda parte calentando, loco por salir a engrandecer su leyenda.

Pellegrini mantiene inamovible la pareja de doble pivote, aunque Gago chirría junto a Xabi Alonso, que solo se bastaría para dar equilibrio y lanzar el juego. Guti inventa donde hay hueco y los tres de arriba --ayer Kaká, Cristiano Ronaldo y Benzema--, tienen libertad de movimientos. Las bandas están huérfanas.

LA VUELTA DE MORIENTES Regresaba Fernando Morientes al Bernabéu. Su gol con el Mónaco con el que la etapa galáctica inició su caída, estuvo en la mente de todos. El factor Morientes , siempre goleador en duelos clave, no lo quiso dejar escapar Didier Deschamps, que tiene en Niang una perla por explotar.

En ese juego a impulsos que marca el inicio de temporada del Madrid, a la velocidad de Cristiano, el balón no fue de dominio local y el Olympique asomó más por el área de Iker Casillas en el primer acto.

Sin la fuente que genera fútbol activada, con Gago perdiendo balones y creando ocasiones del rival, el Madrid quedó en función de la visión de Guti, o las acciones individuales de Kaká y Cristiano, que no vieron puerta hasta la segunda parte.