«Estoy muy feliz por conseguir el objetivo por el que me ficharon», asegura el rey de los ascensos a Segunda B, Cristo Medina, veloz extremo de Pueblonuevo del Guadiana de 31 años que ha subido a seis de los ocho equipos con los que ha jugado al menos una temporada completa: Cerro de Reyes, Sporting Villanueva, Burgos, Mérida, Extremadura y el pasado domingo al Unionistas de Salamanca.

Cristo, que ayer visitó el Museo Extremeño del Deporte para entregar la camiseta de su sexto ascenso, declara con la modestia que le caracteriza que «he tenido la suerte de ir a buenos equipos, equipos campeones, hechos para ascender, sólo me faltaron Atlético Pueblonuevo y Díter Zafra, y muy contento de ser uno de los futbolistas con más ascensos de Tercera a Segunda B. Al fútbol a este nivel no hay mucho que agradecerle a nivel económico pero cuando consigues objetivos, para mí es lo más importante».

El primer ascenso fue con el Cerro de Reyes. «Tuve la suerte de que Tinín apostó por mí, hicimos un gran equipo y muy contento de ascender en un club bastante humilde y con el que también jugué en 2ª B».

El segundo fue con el Sporting Villanueva, «otro club también humilde y fue un éxito en un pueblo pequeño». El tercero con el Burgos tras empezar la temporada en la UD Badajoz, «pero la gente que estaba no apostó por nosotros, me fui al Burgos y mi primer ascenso fuera de la tierra no lo olvido».

El cuarto fue en Mérida. Cristo recuerda que “en la primera temporada no se cumplió el objetivo a la primera y la afición merecía que me quedara para ascender y al segundo año sí lo logramos».

El quinto fue con el Extremadura. «Hace unos días llamé a Willy y le recordé que hace dos años estábamos peleando en Tercera por ascender ante el Conquense. Tuve la suerte de jugar en ese club y ahora super contento de que estén en Segunda».

El último

Y el sexto en Salamanca con el Unionistas. «Apostó por mi un club con sólo cuatro años de vida y ha subido tres categorías. Muy ilusionado y me pasó lo mismo que en Mérida, no subimos el primer año, me quería quedar porque se lo debía y es un orgullo ayudarles a subir a Segunda División B que es donde desapareció la UD Salamanca, que es el club al que honran».

Por encima de los seis ascensos, Cristo se queda con la huella que deja en cada club con Pueblonuevo del Guadiana por bandera. «Mi éxito más importante es que en cada sitio al que voy la afición siempre apuesta por mí y me anima mucho. Podré tener mis deficiencias futbolísticas pero el esfuerzo, intensidad y luchar por conseguir el objetivo del equipo me honra. Lo que mejor me llevo del fútbol es que donde voy me tratan con cariño y puedo volver. Eso es un orgullo».

Ahora Cristo tiene contrato con el Unionistas pero tendrá que reunirse con el club salmantino. «Estoy muy contento de poder jugar en Segunda B. Queda el verano, hay que pensar muchas cosas, ver qué es lo que quieren de mí, el rol que voy a tener y decidir bien. Sería importante seguir en Segunda B porque estoy muy a gusto pero no es una cosa que me preocupe. La felicidad no la dan las categorías».

Y en el futuro en unos años colgará las botas en Pueblonuevo del Guadiana «donde empecé. Llevo siempre a mi pueblo conmigo y espero retirarme allí». Numerosos grandes futbolistas extremeños han nacido allí. Cristo cita a Adolfo, Gudi, Tomillo, Valentín, Casto, Abraham... «Es un pueblo que tiene el don de sacar futbolistas, muy contento de pertenecer al pueblo y que sigan saliendo jugadores». Palabra de Cristo.