Empieza un nuevo año, han pasado los Reyes Magos y lo de siempre, también en deporte. Se trata de, otra vez, desear lo mejor para los nuestros, aunque en los últimos ejercicios haya sido todo en vano: por mucho que algunos políticos intenten ´vendernos´ el extrapolable "Extremadura va bien", la realidad es bien distinta. De casi nada vale lo del deporte desde la base si la élite es casi inexistente, insisto por enésima vez. Es más que evidente que nos va mal: ya no tenemos equipos de fútbol importantes y en baloncesto sobrevivimos milagrosamente en Plasencia por la gestión de Antonio Martín Oncina, el actual ´hombre chistera´ del basket, al que habría que preguntarle cómo va a pagar los tres nuevos fichajes. El sabrá, pero yo estoy seguro que tiene la fórmula mágica. Hay que quedarse, como siempre, con el atletismo, el deporte de más futuro, entre otras cosas porque en su federación hay gente competente. En fútbol, el progreso pasa por la modernización. Y eso es mucho pedir.