En el Municipal de Azuaga, los peñistas del Frente Rojiblanco entonan su particular cántico cada vez que hay un lanzamiento de falta. Al unísono, todos tararean: "¡gol de Cebada, gol de Cebada!".

No es difícil acertar. Sergio Rodríguez Millán (Llerena, 22-8-91), futbolísticamente conocido como 'Sergio Cebada' por el segundo apellido de su padre, está sorprendiendo a propios y extraños. "Cuatro o cinco goles goles para un lateral izquierdo no está mal, no", dice el propio protagonista.

El pasado sábado, en Zafra, hizo dos, aunque ninguno de falta directa. Pero su pierna izquierda es un verdadero cañón: ante el Díter marcó uno de sus dos tantos desde el centro del campo. Al final, el Azuaga venció 1-2.

¿Es el Roberto Carlos de la Tercera División extremeña? Las imágenes que se pueden encontrar en el Canal Youtube son impresionantes, por lo impactantes. Su zurda es un caso muy llamativo de potencia. Dos golazos suyos al Extremadura y otro al Badajoz CF le han catapultado en la particular fama --limitada, eso sí-- de la Tercera División.

Juvenil de élite

Sergio Cebada jugó en División de Honor de juveniles en el Flecha Negra y en el San José. No pasó de ahí por culpa de las lesiones hasta que volvió a su Llerena natal. Hace un año, "por estas fechas", le reclutó el Fuente de Cantos de David Cosme, donde jugaba de interior izquierdo. Terminó la liga con cinco goles.

En pretemporada probó por uno de los aspirantes al ascenso a Segunda B, el Badajoz CF, "pero a Angel Alcázar no parece que le gustase mucho y me descartó", dice con ciertas dosis de impotencia, y terminó firmando por el Azuaga de José Ernesto Elvas en un club de una población con cierta rivalidad con Llerena. "Al principio no me querían mucho, pero ahora está claro que sí", añade.

Y es que Sergio Cebada es una de las claves del éxito esta temporada del modesto Azuaga en un equipo con otras dos individualidades importantes, éstas con más nombre en el fútbol extremeño: Copito y Angelito.

"El entrenador del equipo quiere que juegue ahí. Yo lo hago donde me pongan. En el fútbol he jugado de todo menos de portero", asegura este futbolista total, que sueña con triunfar algún día a lo grande. Tiene tiempo y condiciones: con 22 años todos hablan maravillas de sus cualidades.

Su padre es representante de Cruzcampo y distribuye la cerveza por la Campiña Sur. A veces le ayuda. La vida de un futbolista humilde de la Tercera extremeña es así. En enero puede que le recluten para la fábrica de pantalones Forecast, como ha ocurrido otros años. Pero él seguirá ahí, cogiendo su coche para entrenar miércoles, jueves y viernes y jugar los partidos el fin de semana. E irá con su cañón de la pierna izquierda, amenazando con golear.