Con un tenis impecable, sin dar muestras de presión y manteniendo siempre la elegancia, el número uno del mundo, el suizo Roger Federer, corroboró ante el español Rafael Nadal por qué continúa siendo el rey absoluto sobre hierba, su superficie predilecta, al sumar su cuarto Wimbledon consecutivo.

En 2 horas y 50 minutos, el helvético impidió al joven español realizar su sueño. Concedió el tercer set, pero pese a este desliz, confirmó por qué el césped de Londres sigue sin albergar secretos para su raqueta, con la que ha conquistado ocho Grand Slam. La única final que perdió en un grande fue hace tan solo un mes en Roland Garros ante Nadal.

Fue también la primera vez en la era Open (1968), en la que los dos finalistas del Abierto de Francia vuelven a cruzarse en el césped del All England Club en la misma temporada, algo que ocurrió en cinco ocasiones anteriores en la historia de este prestigioso deporte.

La última vez que los mismos adversarios llegaron hasta el final en los eventos de Londres y París en el mismo año ocurrió en 1952, cuando Jaroslav Drobny derrotó a Frank Sedgman en Francia, antes de que Sedgman se cobrara su revancha ante Drobny ganando Wimbledon.

Palmarés

Además de los cuatro títulos conquistados en Londres, Federer atesora un Abierto de Australia (2004 y 2006) y 2 Abiertos de EEUU (2004 y 2005).

El primer favorito no pudo, sin embargo, emular al sueco Bjorn Borg, que en 1976 se proclamó campeón en este mismo escenario sin suspender ni un solo parcial. El campeón español le negó ese placer.

Anteriormente, las dos mejores raquetas del mundo se habían encontrado en duelos en los que Nadal tuvo mayormente la última palabra. Federer sucumbió al español en seis de esos cruces, incluyendo los cuatro que se disputaron este año (su única victoria la obtuvo el suizo en Miami, en el 2005).

El mejor Nadal en césped no logró, sin embargo, hacer sombra a un Federer sublime. La gran concentración y motivación del español para sondear nuevos horizontes en el tenis no fueron suficientes para anular la maestría del campeón.

Fue la final más esperada. El reencuentro mágico de los mejores: la clase, el temple, la ejecución impecable del suizo, ante la energía arrolladora del amo indiscutible de la tierra batida.

El español, que no había perdido su servicio desde el segundo set en la segunda ronda, en la que llegó a estar dos mangas abajo ante el estadounidense Robert Kendrick, se rompió ante Federer más veces en el primer set que en todo el torneo (en tres ocasiones en el primer parcial, de un total de 6).

Hasta ahora, el dos veces campeón de Roland Garros contaba con una ventaja de 4-0 sobre Federer en esta temporada, (lograda con tres triunfos en choques sobre tierra), aunque las estadísticas hablasen a favor del suizo cuando se le compara con el resto de rivales, donde Federer juega con un marcador a su favor de 55-0.

Los pronósticos, de nuevo, no se equivocaron. El primer favorito disfrutó y sentenció en su pista favorita, lanzando un aviso inequívoco al circuito, donde continúa dominando.

En Londres, el francés Richard Gasquet, el británico Tim Henman, el galo Nicolas Mahut, el checo Tomas Berdych, el croata Mario Ancic --el hombre que presume de haber batido a Federer por última vez en este torneo en el 2002-- y el sueco Jonas Bjorkman han sido las víctimas del helvético.

La hierba, dominio intocable del número uno del mundo, y la tierra, territorio del español, constituyen terrenos opuestos y en la rápida, Federer vetó a Nadal.

El helvético, que había reconocido que nunca antes le había resultado "tan fácil" llegar a una final, acumuló su 48 victoria en cadena, igualando lo conseguido por el escandinavo Borg y el estadounidense Pete Sampras, los únicos tenistas desde la Primera Guerra Mundial que logran cuatro torneos consecutivos. Y avisó que buscará el quinto.