El magnífico Water Cube donde se está disputando la natación olímpica está batiendo un récord de récords. En cinco días, los nadadores han establecido más plusmarcas (16) que en todos los Juegos de Sídney-2000 (15) o de Atenas-2004 (7), los precedentes más recientes. La jornada de ayer fue, en este sentido, histórica. Seis nuevos topes universales cayeron en el intervalo de una hora y 25 minutos. El Water Cube se está convirtiendo en un cubo mágico para los nadadores.

La instalación, que se erige al lado el estadio olímpico y que conforma con él una de las imágenes más emblemáticas de los Juegos, alberga una piscina que se ha revelado muy rápida. A ello contribuye, según los especialistas, la nueva profundidad uniforme de tres metros, en vez de los dos y medios anteriores, que ahora exige la Federación Internacional de Natación (FINA).

Pero nadie ignora que la avalancha de récords va muy ligada a la aparición de la nueva generación de bañadores de cuerpo entero lanzada por la firma estadounidense Speedo el pasado mes de febrero y que han intentado imitar los otros grandes fabricantes, como Arena y Adidas. El polémico bañador es el que utiliza la inmensa mayoría de protagonistas de los récords.

El Speedo LZR Racer que usa el resto es de un tejido ultraligero y repelente al agua que permite reducir el rozamiento. Tiene costuras integradas, una estructura que ayuda a mantener el cuerpo en buena posición y está formado por paneles que reducen la oscilación del músculo y las vibraciones, lo que ahorra energía.