El Tour actualiza cada año su guía histórica de resultados, de 1903 al 2003. Allí aparecen los nombres de las ciudades que han sido salida o meta de la prueba, los récords, las rachas de triunfos, las veces que tal corredor vistió de amarillo y, por supuesto, todas las montañas, con su cordillera determinada y el apellido del corredor que pasó primero por la cumbre en una edición concreta.

Si se abre el libro en el apartado de las montañas, siempre surge en las cimas más emblemáticas el sello de Marco Pantani, El Pirata de Cesenático , como el primero que cruzó por el puerto, especialmente en finales de etapa. El no era amigo de puntuar porque sí, buscando premios secundarios.

Guarda el Tour la cumbre de Alpe d´Huez, donde se desarrollará la próxima semana la decisiva cronoescalada, para rendir homenaje al desaparecido escalador, fallecido en extrañas circunstancias el pasado 14 de febrero, en un hotel de Rimini. Una sobredosis de cocaína se lo llevó para siempre.

Por eso, mañana viernes, cuando el Tour ascienda por el Plateau de Beille, la etapa tendrá cierto sentimiento de añoranza. Ya no está El Pirata, el ciclista que inauguró la ruta hacia la estación pirenaica como ascención del Tour. Por allí pasó primero, como en la cumbre de Agn¨s o la de Latrape, que también se suben hoy, en los ausentes Guzet-Neige, o Lers, puertos patrimonio de los Pirineos.

Pantani llegó en 1998, en el desdichado Tour del dopaje, descolgado del jersey amarillo y sin casi opciones en la general. Fue en el Plateau de Beille donde azotó el primer castigo a Ullrich, vencedor el año anterior, y a quien se daba como ganador. El Pirata acabó de sentenciar al alemán en la etapa de Les 2 Alpes, con su ataque en el Galibier.

Sirva, el ejemplo de Pantani para demostrar que en los Pirineos hay territorio, cumbres y kilómetros suficientes para recuperar tiempo y dar un vuelco a la general. Atacará Lance Armstrong en la primera subida seria. Lo hizo en el 2002, cuando la prueba acabó en La Mongie, igual que mañana.

Un montón de candidatos

En dos días ya no valdrán las excusas. Se verá quién está entero, maltrecho por las caídas y a quién le ha desgastado más. Jan Ullrich parece fuerte. Mayo promete espectáculo. Mancebo quiere dejarse ver. Heras tratará de disipar las dudas de estos últimos dos días --ayer volvió a ceder 17 segundos en el corte que se produjo en el esprint final--, Hamilton irá a demostrar que se ha recuperado del drama del sacrificio de su perro. Voecker, a resistir de amarillo y, otros, como el alemán Klöden, a convertirse en la sorpresa del Tour.