Cada año repiten idéntica cantinela, especialmente los participantes y responsables de los equipos oficiales. "A partir de mañana --suelen comentar una vez concluida la última etapa en las playas de Dakar-- comienza el próximo Dakar".

Ese anuncio únicamente se hace realidad en el caso del departamento de logística del rally, cuyo responsable es Grégory Murac. El es el único que comienza a preparar el siguiente rally el día después porque en su mano está que la maratoniana prueba continúe gozando de la fiabilidad que tiene. Si Murac no consigue desplegar y recoger en cuatro horas su ciudad portátil, el rally dejará de existir.

DESCENTRALIZACION Murac, que ayer daba los últimos retoques a su inmensa organización en un céntrico hotel de Lisboa, donde mañana empieza el Dakar, reconoció anoche a EL PERIODICO: "La organización es difícil, inmensa, complicada, pero cada vez la tenemos más descentralizada. A medida que pasan los años, los países que acogen nuestra carrera aumentan su participación y, sobre todo, están mejor dotados para ayudarnos en su despliegue".

Murac cuenta, por ejemplo, que muchos de los oasis portátiles, es decir, muchas de las ciudades artificiales que acogerán las 10 primeras etapas y a las 2.300 personas que forman la caravana del Dakar, están ya instaladas en las zonas escogidas.

Se trata de las inmensas carpas que han de albergar la cocina, los comedores, baños, duchas y demás servicios. "Lo más complicado --explica Murac-- siempre es encontrar los lugares para el repostaje de las motos, con solo 250 kilómetros de autonomía, coches y helicópteros en mitad de las etapas y, sobre todo, que no falle nada".

Murac, que se desplaza en uno de los 10 helicópteros de la organización, asegura que el rally ha de ofrecer "idéntico servicio, el mejor posible", a los 766 participantes, sean profesionales (solo lo son un 20% de ellos) o aficionados. Este simpatiquísimo francés, que conversa fluidamente en castellano, no se considera la persona más importante del Lisboa-Dakar, como muchos afirman, sino una parte importante de él. "Para mí, lo más importante son los participantes y, por supuesto, los responsables deportivos de la carrera".

HOSPITALES DE CAMPAÑA La organización de la carrera ha de tener mucho cuidado a la hora de transportar no solo las 1,5 toneladas de comida que distribuye en cada jornada, sino también los sofisticados instrumentos médicos que componen los hospitales de campaña de la maratoniana prueba africana.

Esta ciudad portátil está en manos de 350 personas y pesa unas 100 toneladas, según los cálculos organizativos.

Se monta y desmonta en unas cuatro horas y sale volando hacia la siguiente estación en 20 inmensos aviones. "Si nosotros pasamos desapercibidos, si nadie habla de la logística, es que todo funciona. Ese es mi sueño" comenta Murac, que intenta que no se note su presencia.

"Un partido de fútbol es perfecto cuando nadie habla del árbitro, cuando el colegiado pasa desapercibido. Pues eso es lo que me gustaría que sucediese conmigo en este rally. Eso sí, hay una gran diferencia: ellos no juegan; nosotros, sí", termina comentado Murac con una amplia sonrisa. Y entre medias de todo ello, la esperanza española, centrada en hombres como Marc Coma, Joan Roma o el mismísimo Carlos Sainz, con experiencia acumulada ya de la edición del pasado año.