Poco podía imaginar Dani Martínez que el pasado 2 de mayo, en la pista del Canoe, jugó con el Cáceres Patrimonio de la Humanidad su último partido de baloncesto profesional. Unos días después cumplió 25 años y este verano decidió iniciar una nueva etapa profesional en el Menorca, de LEB Plata, pero ya no podrá ser así. El propio jugador anunció ayer su prematura retirada al detectársele un problema cardíaco que no le impide lo más mínimo una vida normal, pero sí la práctica del deporte de alto nivel.

Martínez sufre una miocardiopatía hipertrófica, engrosamiento anormal del corazón que sufren muchas personas sin conocerlo. Según su versión, una revisión médica aparentemente rutinaria acabó revelando la enfermedad, de la que no había habido síntomas después de trabajar por su cuenta este verano preparando la ueva temporada.

El jugador catalán publicó una emotiva carta en Twitter en la que destaca que «a veces la vida cambia de un día para otro, y esta vez me toca experimentar a mí esa sensación».

«Siguiendo las indicaciones de los especialistas, a los cuales agradezco enormemente el trato recibido, y pensando en mi salud y bienestar, ha llegado el momento de decir adiós», añade. Es un momento «que nunca imagen que llegaría, por lo menos de forma tan prematura».

Sin embargo, atendiendo a su «forma de ser», prefiere verlo en positivo y «recordar todos los buenos momentos que mi pasión me ha dado». Ahora, indica, continuará con sus estudios de Educación Social y trabajará «para seguir formándome de cara a mí futuro aprovechar, y aprovechar para recuperar el tiempo que durante mis estancias fuera no he podido pasar con los míos».

Eso sí, reconoce que le será «imposible» dejar su pasión por el baloncesto, «presente desde que tengo uso de razón», y pronostica que no «dejará de ser parte» de él, «ahora como un aficionado más a este gran deporte». Al mismo tiempo deja abierta la puerta a ejercer otro papel, «tras asimilar todo esto».

«Espero encontrar el momento para agradecer a todas esas personas que me han acompañado en este camino y me han ayudado a ser quién soy», concluye.

MALA SUERTE / No le ha sobrado la fortuna a Dani Martínez en su corta carrera en el mundo de la canasta. Formado en el club de su ciudad, el Tarragona, llegó a Cáceres en la temporada 2017-18. Cuando estaba en su mejor momento, haciendo valer sobre todo una enorme versatilidad en las tres posiciones exteriores, se lesionó de gravedad en la rodilla izquierda. Unos años antes se había roto la derecha. Estuvo nueve meses sin jugar y cuando reapareció la pasada campaña le costó volver a entrar en el equipo, pero al final colaboró a la permanencia del equipo en la LEB Oro. En total disputó 51 partidos oficiales como verdinegro, promediando 4,6 puntos en 16,1 minutos en la pista.