Dani Moreno lo había intentado el domingo porque él tiene que ser el protagonista del conjunto Katusha en esta primera parte de la Vuelta. Las llegadas son cuestas duras, pero no lo suficiente para que Purito Rodríguez pase a la acción. Galicia debía convertirse en un territorio de conquista para este corredor madrileño afincado en Andorra y casado con Mariana, una chica argentina, que siempre intenta seguirlo a todas partes.

Moreno y Purito son íntimos amigos, habituales compañeros de habitación. Dani es el encargado de proteger, lanzar y marcar el terreno a Purito cuando el catalán decide pasar a la acción, como sucedió en la fase final del Tour. Pero es también el corredor capaz de coger el testigo y apuntarse triunfos de enorme prestigio, como sucedió la primavera pasada al imponerse en la Flecha Valona.

En el fin del mundo, junto al faro de Finisterre, ha triunfado este martes Moreno con un ataque incontestable en la ascensión final a meta. Tan fuerte ha sido su demarraje que ni toda la furia de Fabian Cancellara, segundo, ha sido útil para neutralizarlo. Un chico de Madrid contra 'Espartaco', el corredor que destroza los adoquines del 'Infierno del Norte', la primera victoria española en la Vuelta 2013, que este martes ha vuelto a tener a Vincenzo Nibali como líder.

Chris Horner se ha cortado en la subida final, cuando no lo ha hecho en la durísima ascensión al mirador de Ézaro, cuya subida ha comenzado a 38 kilómetros de meta, donde se ha formado un tapón a mitad de pelotón y muchos han tenido que poner pie a tierra. Sin embargo, los favoritos solo se han retorcido y han decidido frenar su ímpetu ofensivo para otro día.

Tal vez este miércoles la Vuelta se tome un respiro porque la llegada, casi como si se tratara de un milagro, es en llano y no en subida, aunque el terreno que conduce de Sober al Lago de Sanabria, en Zamora (174 kilómetros), es quebrado con dos puertos de tercera por el camino.