El procedimiento varió, pero el resultado fue el mismo. David Cal, el abanderado del equipo español en la ceremonia inaugural, también abandera la reacción deportiva con dos puestos de finalista directo en canoa. El objetivo del supercampeón pontevedrés de mejorar las dos medallas que logró hace cuatro años en Atenas (fue oro en C-1 1.000 metros y plata en C-1 500 metros) está al alcance de las posibilidades del ambicioso palista.

"Hoy por ayer me tocó trabajar bastante, más que el día anterior", aseguró Cal sobre su serie de 500 metros. Al contrario que el lunes en los 1.000 metros, en que se escapó desde el inicio y acabó victorioso, ayer David Cal salió más tranquilo y eso le obligó a remontar, palada a palada, hasta el primer puesto que daba el acceso directo a la final del sábado. El canoísta gallego se ha ahorrado un par de carreras, lo que le hará llegar más descansado y con la moral al máximo a sus dos finales. La primera será el viernes (1.000 metros) y la segunda el sábado (500 metros), pero en ambas la ambición será la máxima: el puesto más alto.

El mejor momento

"Las sensaciones son muy buenas, me he sentido muy cómodo en el campo de regatas en las dos ocasiones", confesó ayer Cal, que reiteró la ambición que ha venido demostrando en las semanas previas, tanto en Galicia como tras su llegada a Pekín. "Hay que luchar por el oro. Después puede pasar cualquier cosa, pero si sales a quedar segundo o tercero, seguro que no vas a conseguir ganar", repitió.

Tras cuatro años con altibajos, incluso con polémicas sobre los medios que tiene para entrenar, Cal ha llegado al canal de remo y piragüismo de Shunyi en su mejor momento. Vuelve a ser el líder del equipo y el hombre en teoría más fuerte. Intensidad y frecuencia de palada, esas son sus armas.

En un esprint final extraordinario, dejó atrás a todos sus rivales. Ahora tendrá un par de días para descansar y pensar en las mejores estrategias para derrotar de nuevo a rivales que ayer quedaron por detrás. Palistas como el alemán Andreas Dittmer, poseedor de cinco medallas olímpicas y seis títulos mundiales, y el húngaro Attila Vadja, bronce hace cuatro años en Atenas y actual campeón del mundo en 1.000. Ambos pueden resurgir, pero Cal, de 25 años, intentará estar ahí para que se intención no prospere.

"El objetivo es ganar dos oros, no firmo las dos platas. Eso sería poner el listón por debajo de lo que logré en Atenas y darme por vencido", avisó antes incluso de llegar a Pekín. En la canoa, ha refrendado abiertamente su intenciones, ya que se mantiene invicto.

A rebufo de la fuerza del palista gallego, también logró el pase a la final el kayak del leridano Saúl Craviotto y del gallego Carlos Pérez Rial. En mujeres, el K-2 de la andaluza Beatriz Manchón y la gallega Sonia Molanes y el K-1 de la gallega Teresa Portela, siempre en 500 metros, deberán clasificarse en las semifinales de mañana.