Se las prometía muy felices David Ferrer al final del primer set, cuando, en el partido que cerraba la jornada, endosaba un espectacular 6-0 en solo 21 minutos a su contrincante, Feliciano López. Parecía que iba a ser un paseo para el subcampeón de la Copa Masters de Shanghái, pero Feli reaccionó admirablemente y se anotó la segunda manga en el tie-break (6-7). Ferrer llegó a disponer de dos bolas de partido entonces, pero no culminó y se vio obligado a jugarse su supervivencia en el torneo en el tercer set, saltando sin red.

Cambió entonces de camiseta --de negra a naranja-- y eso pareció volver a inspirar su juego. Rompió pronto el servicio de López y se dejó de complicaciones (6-2). Seguro que alguien respiró en el palco: es el rostro más reconocible y mediático del fin de semana en el Multiusos.