Ni con 55 golpes ganadores y saques casi siempre por encima de los 200 kms/h Ernests Gulbis pudo repetir la proeza de eliminar al indiscutible rey de la tierra como cinco días antes había hecho, en el mismo escenario, con el número uno mundial, Roger Federer. Gulbis, de 21 años y número 40 del mundo, luchó durante más de dos horas y media para protagonizar una sorpresa aún mayor y vencer a Rafael Nadal pero finalmente cayó por 6-4, 3-6 y 6-4. Se esforzó al límite pero ni así pudo evitar que el campeón manacorense defienda hoy un título que ha ganado cuatro veces en Roma. Será su final número 50 (ha ganado 37) y, si gana, la ocasión para igualar al estadounidense Andre Agassi con 17 títulos de Masters 1.000, torneos de máxima categoría tras los Grand Slams.

A su amigo y compañero de Copa Davis, David Ferrer, le tocará (16.30, TVE-1) la dificil misión de impedirlo después de que ayer se ganara el derecho de enfrentarse a Nadal tras eliminar a un extenuado Fernando Verdasco por 7-5 y 6-3.

El príncipe de Letonia, como apodan a Gulbis los tenistas en el circuito, por su porte, su clase tenística y por ser hijo de una famosa actriz de teatro y de un multimillonario industrial, ayer sentado en las gradas del Foro Itálico animándole junto a su entrenador el argentino Hernán Gumy, mantuvo un pulso sin miedo desde el primer punto y no cedió hasta el final cuando Nadal impuso su mayor experiencia.

VERDASCO, SIN FUERZAS Menos problemas tuvo Ferrer para conseguir colarse en su primera final de un Masters 1.000. Y eso que no empezó precisamente bien al adelantarse 5-1 Verdasco. "Estaba muy nervioso y demasiado ansioso", explicó. Pero nunca desistió en la lucha y en cuanto le hizo el primer break (5-3) el tenista madrileño se vino abajo físicamente. Las tres horas largas de su partido de cuartos ante Djokovic y las tres semanas que llevaba jugando a tope (final en Montecarlo y título en Barcelona) le pasaron factura. Verdasco encajó un 8-0 y ya solo pudo maquillar su derrota y felicitar a Ferrer por su triunfo. La final española de hoy promete emoción.