Veinte goles ha perdido el Barça de una temporada a otra y ayer los recuperó para la próxima. David Villa aterriza en el Camp Nou para "completar una plantilla campeona", según dijo Txiki Begiristain, el secretario técnico, y para mantener la racha triunfal que emprendió el equipo desde la llegada de Pep Guardiola. "Voy a dejar la vida por este club", anunció el mejor realizador español, que marcó su primer gol simbólico. Ayer, ante más de 30.000 personas que acudieron al estadio para recibirle, vio cumplido un objetivo de niño y una obsesión de adulto. Desde que el pasado verano el Valencia no le permitiera marcharse pese a que ya había llegado a un acuerdo con el Barça.

Con las mismas condiciones ya pactadas llega Villa al Camp Nou, pero un año más tarde; un contrato de cuatro temporadas (hasta el 2014) más una opcional, y una ficha que apunta a los siete millones de euros por cada una. El Valencia ha aceptado esta vez 40 millones por el traspaso (el año pasado pedía 50 y no aceptó los 42 que ofreció el Barça), que cobrará en tres plazos anuales y Villa tendrá una cláusula de rescisión de 200 millones, como Iniesta, y por detrás de Ibrahimovic y Messi (250).

Ni siquiera ha transcurrido una semana desde que acabó la Liga y el campeón ya se ha reforzado con un fichaje, lo que revela dos realidades incuestionables: Guardiola sabía lo que quería y lo que le faltaba al equipo y el Barça era la elección de Villa, pese a las portadas y los anuncios que algunos medios de Madrid ofrecieron el verano anterior vistiéndole de blanco.

LOS GOLES QUE FALTAN Guardiola sabía lo que quería y era asegurar el caudal de goles imprescindibles en un Barça que aspira a conquistar los cuatro títulos que tendrá a tiro. En su primera campaña al frente del banquillo, el equipo marcó 158 goles en las tres competiciones que disputó (y ganó). En la recién terminada, ha sumado, en seis torneos, 138: 20 menos.

El déficit cabe atribuírselo al espectacular bajón de Thierry Henry (de 26 goles a 4). La plaza del delantero francés, con pie y medio fuera del club, es la que ocupará Villa. El asturiano lucirá el dorsal 7 en la nueva camiseta que se vio ayer.

Vestirá ese número "feliz y orgulloso" pero también "responsabilizado" en un Barça que rueda solo. "Vengo a un equipo que lo ha ganado todo, a un club que es el mejor del mundo, y trataré de ayudar para que siga ganándolo todo", manifestó Villa, que en sus siete temporadas en Primera ha logrado dos Copas del Rey y una Supercopa de España con el Zaragoza y el Valencia.

El fichaje artillero asturiano, de 28 años, es una necesidad y un lujo a la vez. "Había que compensar algún rendimiento que no ha sido el esperado y prevenirnos ante la posibilidad de que algún jugador nos pida salir". Esa es la necesidad, desvelada crípticamente por Begiristain. El mal rendimiento ha sido el de Henry. Pero por ahora, según el secretario técnico, Ibrahimovic no es ese futbolista que desea marcharse al ver la llegada de Villa. El sueco no ha dicho nada ni está en venta. Touré, en cambio, por boca de su representante, desea marcharse.

El lujo del Barça reside en que, ahora, ±tiene todos los perfiles posibles que se pueden esperar de una delanteraO, declaró Begiristain a los medios.