"Estad tranquilos". Antes de ser intervenido mañana, David Villa quiso lanzar ayer un mensaje de confianza. Postrado en la cama de su habitación, el Guaje explicó, a través de su perfil de Facebook, que pudo descansar tras el largo viaje desde Tokio, con escala en Fráncfort. Los médicos prefirieron que reposara después de ese larguísimo periplo antes de entrar mañana en el quirófano para ser intervenido de la fractura del tercio medio de la tibia izquierda que sufrió en la semifinal del Mundial de clubs, el pasado jueves. "Estoy mucho mejor y contento de estar de vuelta y con mi familia. Y, además, sé que estoy en buenas manos", escribió Villa. Ayer, en el minuto siete del partido entre el Sporting y el Espanyol, la afición asturiana homenajeó a Villa, exjugador sportinguista, ídolo de la tierra. No es nada casual el color elegido por sus compañeros en la camiseta de ánimo que mostrarán antes de la final de hoy: el azul.