Sigue creyendo en el proyecto, en Félix Campo y en el futuro. A Juan Ojalvo no hay quien le desmotive.

--Tras los últimos resultados, ¿tiene la sensación de haber fracasado este año con los fichajes del Cacereño?

--La sensación que tengo es que hemos arriesgado mucho, quizá demasiado, con un equipo joven. No había un gran presupuesto y nos hemos basado en eso. Esto es lo que hay. El que arriesga puede perder.

--¿Podría decir que han hecho todo lo que han podido?

--Sí. Los jugadores han dado todo, aunque les ha salido mal, pero tienen mucha presión, y no por el público, sino por ellos mismos. Además, hemos tenido el problema de las lesiones, que hemos tenido muchas.

--¿Pensaba que el Cacereño podría estar donde está ahora, perdido en la mitad de la tabla?

--No, a pesar de lo que ha pasado otros años. Sí es verdad que la época de las vacas gordas ha pasado en Cáceres. Ahora, como todo tiene que salir del mismo sitio, del bolsillo del presidente, es más difícil. No tenemos ni ayudas, ni subvenciones y las taquillas tampoco dicen nada. Pero es desde principios de temporada. No tenemos chispa, ni tirón ni gancho. En pretemporada se llegó a decir que el nuevo Cacereño ilusiona, y yo creo que la gente se podía haber implicado más, pero no ha sido así y se ha tirado por tierra todo. El equipo es de todos. A mí no me gusta el baloncesto, pero cuando el Cáceres ha estado en la Segunda también he ido, no sólo en la ACB, pero era porque era algo bueno para Cáceres.

--¿Pero realmente ve futuro en este club?

--Veo al presidente animado. No tengo por qué estar defendiendo a nadie, pero todo el dinero lo tiene que estar poniendo él. Si lo hay, lo pone el club; si no, lo tiene que poner él de su bolsillo. Yo no cobro ni he cobrado nunca.

--¿Félix Campo continúa por lo que saca del bingo?

--No. El en su día puso mucho dinero con lo de la sociedad anónima y antes.

--Entonces, ¿realmente cree que le está costando dinero?

--Hombre, puede que esté compensando algo, pero él pone dinero, lo aseguro.