Será este domingo, en Barcelona, frente al Sant Cugat. Extremadura romperá una nueva barrera al colocar a uno de sus clubs en la máxima división de voleibol femenino, la Superliga. El Extremadura Arroyo prepara el asalto a ese momento con una plantilla formada por dos brasileñas, una húngara, una vasca y ocho jugadoras de la región, la mayor parte de ellas formadas en la propia entidad.

El conjunto que dirige Adolfo Gómez, que en 2010 subió a la Superliga 2 y el pasado mayo culminó su particular escalada hasta la cúspide, cuenta con un enorme respaldo social en la localidad arroyana. A menudo ha sido puesto como ejemplo de desarrollo lógico: primero construir desde la cantera y después incorporar en puestos concretos a deportistas de fuera.

"Si las lesiones nos respetan y tenemos un poquito de suerte, la campaña puede ser preciosa", ha dicho esta semana Gómez. Sus colaboradores --su ayudante Carmen Fernández, el fisio José María Acosta, el delegado Teodoro Jiménezy la estadística Carmen Fernández-- y sobre todo las doce chicas protagonistas contienen el aliento antes del reto.