Los Mundiales de Berlín no comenzaron nada bien para los intereses del atletismo español, que quemó su primer cartucho potente. Las sólidas posibilidades de medalla del marchador Paquillo Fernández ardieron como una salva de fogeo en una mañana inusualmente calurosa en la capital alemana. Una temperatura alta (casi 30 grados) y una humedad baja (del 39%) trituraron las opciones del triple subcampeón mundial (2003, 2005 y 2007) y subcampeón olímpico (2004), que se despidió de su tradicional prueba, los 20 kilómetros, con una fulminante retirada apenas superado el ecuador de la prueba.

El marchador granadino solo se había retirado una vez, en el 2001 en los Mundiales de Edmonton (Canadá), pero ayer no encontró ni las piernas ni la motivación suficientes en la última prueba corta que disputa. Paquillo, abatido, aseguró que su futuro se escribirá en los 50 kilómetros marcha.

MARTA, A MEDIAS Con el adiós precipitado de Paquillo a los 20 kilómetros, la selección española malbarató uno de los pocos capitales con los que ha viajado a esta 12 edición de los Mundiales. No tiene mucho crédito el equipo, y el estreno de ayer no promete grandes alegrías. Marta Domínguez, la otra aspirante clara a medalla, corrió como le convino en la calificación de los 3.000 metros obstáculos y se metió sin problemas, por puestos (fue cuarta), en la final de mañana (20.30 horas). La acompañará Eva Arias, pareja del también obstaculista José Luis Blanco, que entró por tiempos. Pero Marta, que acredita la mejor marca mundial del año (9.09.39), aseguró no haber sentido las sensaciones debidas durante su toma de contacto de ayer.

"He cumplido el objetivo, pero las cosas no han salido perfectas, quizá por haber corrido por la mañana. Espero que vaya mejor por la tarde en la final, que espero muy rápida, porque la rusa Galkina solo sabe tirar delante", aseguró la veterana palentina de 33 años, que ya ha sido doble subcampeona mundial, pero en 5.000 metros (2001 y 2003).

CAIDA EN BRANDENBURGO Las sensaciones tampoco fueron buenas en peso. Manolo Martínez, en sus octavos Mundiales, no llegó a los 20 metros y quedó fuera de la final por cuarto Mundial consecutivo, tras haber sido cuarto en el 2001. "Lo peor no es haber fallado, sino no saber explicar por qué he fallado", aseguró, descolocado.

La Puerta de Brandenburgo, escenario histórico de caídas y recuperaciones, fue el marco precisamente de una de las capitulaciones más sonadas. Bajo sus arcos salía y llegaba la prueba de marcha, como lo harán todas las demás de esa modalidad y los maratones que el próximo fin de semana cerrarán los Mundiales.

Paquillo Fernández, volviendo al atleta español, no encontró nunca en su cabeza la motivación ni en sus piernas la respuesta para seguir en el grupo de cabeza cuando las cosas se aceleraron decisivamente en el kilómetro 11. El grupo engulló a tres escapados --los italianos Rubino y Brugnetti y el noruego Tysse-- en el momento en el que el granadino decidió que no podía más. "Iba mal de cabeza y de piernas, y un campeón viene a luchar por las medallas", explicó. Cuando vio que no podía optar a nada, decidió dejarlo y centrarse en los 50 kilómetros, en Barcelona-2010 y Londres-2012.

"Me ha faltado la chispa y la motivación de otros Mundiales; no lo he podido ni intentar porque la cabeza y las piernas me han dicho que no", explicó el marchador, que en marzo había logrado la tercera marca del mundo en los 50 kilómetros.