Durante años se habló de que la Liga era la mejor de mundo, pero es ahora, en la última década, cuando los resultados acreditan la tesis. La misma afirmación se sustentaba para hablar de la selección, mucho antes de que ligara dos Eurocopas y un Mundial para llenar un palmarés vacío como un erial.

La boyante salud del fútbol español se observa en el cuadro de honor de las dos competiciones internacionales de clubs. La Champions conocerá el tercer campeón consecutivo procedente de la Liga, repitiéndose la final Madrid-Atlético en busca del sucesor del Barça. El rey destronado es el nombre más repetido de los últimos años gracias a los cuatro títulos conquistados. Con la misma frecuencia se lee el nombre del Sevilla en la Europa League, el particular coto de caza donde los andaluces reivindican la pujanza de la clase media.

"Los técnicos están haciendo un gran trabajo en la base, y al haber cantidad, hay calidad. Se prepara muy bien a los chavales para que lleguen a la élite con muy buena cultura técnica, táctica y nutricional", opina Joaquín Caparrós, que plantó las semillas en el Sevilla (2000-05) sin poder recoger los frutos luego de las Europa League (2006 y 2007). Las profesionalización ha llegado a las canteras cuando la seriedad franqueó las puertas de los palcos.

MAS ESPECTADORES "Los clubs tienen una mejor gestión, un mayor equilibrio económico y se ha dado un paso adelante en el reparto televisivo", añade Caparrós, sobre el próximo contrato en el que se reducirán las diferencias entre los grandes (Barça y Madrid perciben 135 millones) y los demás: Atlético y Valencia rayan los 50 millones y Sevilla y Athletic no los alcanzan. Esa seriedad vino impuesta por la reglamentación de la Liga de Fútbol Profesional (LFP) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) para encauzar la gestión de los clubs. "En enero del 2012, la deuda global era de 4.100 millones y más de la mitad había pasado por concurso de acreedores", dijo Miguel Cardenal, presidente del CSD, felicitándose de la "fortaleza institucional" del fútbol.

Y feliz de que la deuda concerniente a Hacienda se había reducido hasta los 278 millones en septiembre.