La española María José Rienda, que ayer logró su segunda victoria en la Copa del Mundo de esquí alpino al imponerse en el gigante de Lenzerheide (Suiza), estaba exultante. Horas después del gran éxito, así lo demostraba, manifestando a Efe que estaba "contentísima" y que la victoria se la dedica a sí misma.

"La victoria me la dedico a mí misma, porque creo que, después de la lograda en Are (Suecia), confirma que he trabajado muy bien. Y esto es fruto de un trabajo muy duro", explicó. "La carrera ha sido difícil y había que darlo todo, pero ahora mismo estoy contentísima", dijo Rienda. "Ahora seguro que organizamos un auténtico fiestorro para celebrarlo, porque toca divertirnos y disfrutar", añadió.

"Me faltan en estos momentos mi marido (Angel Izquierdo) y mi familia, que me gustaría que estuvieran aquí, pero en cualquiera de los casos, esto hay que celebrarlo por todo lo alto. Eso está claro". La granadina, de 29 años, logró el cuarto podio de la temporada y el séptimo de su carrera deportiva en Copa del Mundo.

"En estos momentos también quiero decir que estoy muy agradecida a todo mi equipo -el técnico suizo Mauro Pini, los italianos Walter Ronconi (preparador de esquís) y Norma Tipaldi (la fisioterapeuta) y el bilbaíno Carlos Alvarez, que desde hace ya varias temporadas ejerce de preparador físico de la andaluza-. Tengo un equipo estupendo detrás", declaró Rienda.

"La primera manga la hice muy bien y después, lo que intenté es mantenerme tranquila y salir a hacer lo que sé hacer. Controlé los nervios, porque sé que estoy ahí arriba y confío en mis posibilidades. Y me fue bien", comentó.