"¿Y tú, con lo joven y bueno que eres, por qué te retiraste tan pronto?". La pregunta se la hizo un día en la grada la madre de Paolo Maldini a Míchel tras un Holanda-Italia de la Eurocopa en 2002. Míchel era comentarista de TVE.

"Por culpa de su hijo, señora", le contestó Míchel con humor y señorío. Maldini, a punto de cumplir 38 años, amargó a muchos rivales. Ahora, sigue pasando y conviviendo con nuevas generaciones que se incorporan al espíritu de Milanello. Maldini es incombustible. Siempre fue un lateral izquierdo soberbio. Y ahora, con inteligencia, se refugia con clase en el centro de la zaga. A Maldini le quedan bien los trofeos. Los eleva al aire con clase. No será nunca Balón de Oro, pero ha dado un rendimiento ejemplar y lo merece.

Il Bello ganó anoche su quinta Copa de Europa. Hasta llegar él al Milan, solo habían en Milán ganado otras dos. Iguala en títulos de élite a Alfredo Di Stéfano. Seguro que este dato hará que su padre, Cesare, se sienta más orgulloso.

Su comportamiento con los nuevos que llegan a San Siro es ejemplar. Cuenta José Mari, ahora en el Villarreal, que cuando llegó al Milan, el primero que le acompañó a entrenar en su coche fue él.

Muchos ´Maldinis´ hacen falta en el fútbol de élite. Un lujo para el Milan. Para todos los entrenadores que han tenido la suerte de dirigirle. Con Sacchi, con Capello, Ancelotti, Trapattoni. Con todos fue un símbolo. Y ayer recogió la séptima Copa de Europa del Milan. Una leyenda, sin duda, para el Salón de la Fama del fútbol mundial. Su hijo Christian ya juega en el juvenil del Milán. Sigue la saga.

Adorado

Tras el 2-1, varios millares de seguidores del Milan comenzaron a colapsar las calles de la capital lombarda. El de Maldini fue uno de los nombres más coreados. Un título celebrado a lo grande por los aficionados milanistas, especialmente los cerca de 20.000 congregados en la céntrica y típica Piazza del Duomo, donde se había instalado una pantalla gigante para seguir el partido cerca de la entrada a la Galleria Vittorio Emanuele.

Milán ciudad se vio coloreada por banderas y símbolos milanistas. Para desgracia de sus vecinos del Inter, que anoche debieron sufrir de lo lindo y, además, fueron recordados de forma no precisamente amable por algunos milanistas.