Devon Van Oostrum parece camino de convertirse en la mosca en la sopa que cocina Carlos Frade. El base británico, considerado en uno de jugadores más talentosos de su edad (19 años), fue postergado el viernes ante el Melilla al último puesto de la rotación de su puesto tras Richard Nguema y, sorprendentemente, José Medina.

Solo estuvo en pista 5:19 en la primera parte, en los que ni anotó ni dio ninguna asistencia, y además el Cáceres recibió un parcial negativo. No volvería a jugar.

Sigue siendo el base más utilizado (19:59 por partido), siendo el cuarto anotador (9,2 puntos) y el mejor pasador (2,2 asistencias) para un global de 9,6 de valoración, segundo mejor del equipo. Pero algo no carbura en ese matrimonio con el etnrenador. Frade se ha mostrado disgustado con sus errores defensivos y se ha cuidado mucho de elogiarle cuando ha realizado buenos números.

El técnico fue preguntado por el deterioro en el papel de 'DVO' tras la victoria ante el Melilla y el ascenso de un Medina que hasta ahora estaba teniendo un papel residual (5:17 por encuentro). "He hecho lo que mejor era para el equipo y para ellos mismos", respondió, eludiendo dar más detalles.

Grandes expectativas

Frade reconoce la calidad de Van Oostrum, pero le pide mucho más. Entre su ideario está tratar a todos los jugadores igual y repartir el tiempo en pista según se lo ganen en los entrenamientos sin mirar a las etiquetas. Dentro de un equipo de jóvenes con futuro, el de Van Oostrum es, sin embargo, un caso algo diferente: ha sido elogiado hasta la extenuación por los medios especializados y se pronostica que acabará en la NBA. De hecho, en Cáceres está jugando como cedido por el Caja Laboral, que sigue de cerca su evolución y donde, seguro, no agradaría que acabase como tercer base.

Seguramente el cuerpo técnico busque una reacción en él. Puede presionarle a la vista de la mejoría de Nguema, que en el aspecto defensivo aporta más gracias a su físico, y el descaro de Medina. Pero quizás sea el inicio de algo más serio: no faltan ya las voces que especulan con su posible salida a otro club donde tenga más protagonismo o más libertad.

Al hilo, no hay que olvidar un dato: los movimientos en la plantilla deben producirse antes del 28 de febrero.