Son ya 4 meses desde la declaración del estado de alarma, 4 meses sin los beneficios físicos, mentales y sociales de la práctica deportiva en equipo. Desde el convencimiento de que la salud de todos y extremar la ausencia de riesgos de contagio es la prioridad, vemos que nuestros adolescentes y jóvenes no han dejado de vivir. Comparten espacios nocturnos, selfies y a veces hasta cachimbas en terrazas, discotecas y cumpleaños… Hemos de dar opciones para vivir de una forma que sea parecida a la que vivíamos, con responsabilidad pero con convicción. Y más salud.

Ahora mismo todo es cautela, pero ya las autoridades permiten la entrada en estadios de fútbol, los patios de butacas se van a ir ocupando y en septiembre se quiere que en los colegios ya haya niños en las aulas y en el recreo. Por lo que seguir haciendo campus de baloncesto en la comarca de La Vera significa conciliación, educación, salud, superación y responsabilidad. Hacer campus, hacer baloncesto, hacer Extremadura.

Les pedimos quedarse en casa y lo hicieron, no botaron el balón por no molestar a los vecinos de abajo. Les pedimos salir con distancia y salieron, botando el balón solos o con sus hermanos. Nos dijeron que podemos hacer deporte con grupos reducidos y desinfección. Y eso haremos.

Son ocho veranos, más de 10 campus (Xarahíz), más de 1.500 campistas y entrenadores de distintos países. Este año, en Jarandilla de la Vera, iremos dos turnos con solo 60 jugadores y jugadoras cada semana. No les podíamos dejar sin su premio del curso académico a estos 120 deportistas extremeños de entre 8 y 17 años. Ellos se han quedado en casa y han hecho su parte y como acostumbrados a la disciplina del entrenamiento que están, adoptarán las medidas higiénico-sanitarias para que la actividad sea un poco diferente para más seguridad pero sin renunciar a aprender, a esforzarse, a vivir.

La última semana de julio y la primera de agosto, estaremos en la Residencia Universitaria 'V Centenario', con piscina propia y pabellón municipal a 10 metros. Con salidas senderistas a donde no haya nadie. Una pena no poder convivir más con un pueblo tan bonito, con una comarca que es nuestro hogar, pero toca moverse en la cancha. Nuestros campus han supuesto ocupaciones en casas rurales, restaurantes y establecimientos hosteleros de toda la zona. A los progenitores les hemos pedido que cuando traigan a los campistas no dejen de hacerlo pero que fomenten esa riqueza con mascarilla, con respeto.

Fomentaremos concursos de tiro con presión ambiental pero con menos contacto, técnica individual sin oposición, proyecciones de vídeo-scouting, recibiremos a la NBA con sesiones de madrugada. Haremos baloncesto, haremos deporte. Todos los que vengan traerán en papel una declaración jurada de ausencia de sintomatología durante los 14 días antes del campus. Una promesa de que están preparados para ayudar al grupo. Todos los que vengan tendrán un brillo especial en la mirada, esos ojillos por encima de mascarilla, que es una declaración jurada de ilusión. Esta vendrá sin firma, y es el motor que nos enciende para seguir en la pelea del deporte de formación. Incluso en estos tiempos.

Extremaremos las precauciones, extremaremos las ganas de vivir el deporte de cantera. Extremar lo bueno para protegernos de lo malo. Extremadura y deporte amateur. Ese deporte que no es tan visible pero que es más importante. Sin ascensos ni descensos. Y del que no podemos olvidarnos. El deporte colectivo y responsable nos hace más fuertes.